Amalia creció en una finca en Turrialba, rodeada de montañas y campos verdes. Desde pequeña, corría por las calles y jugaba hasta terminar con raspones en las rodillas. También bailaba ballet, ya que su mamá era profesora y dueña de una academia. Aprendió a bailar antes que a caminar. 

Cuando creció, descubrió que amaba los deportes. Practicó natación, gimnasia, atletismo y hasta triatlón. Su corazón latía más fuerte cada vez que competía, y sentía que la adrenalina era su mejor amiga. Un día, decidió intentar algo aún más desafiante: entrenar para un Ironman, una de las competencias más duras del mundo. Pero justo antes de la gran carrera, un dolor en la cadera cambió su vida para siempre.

Los doctores descubrieron que Amalia tenía un problema en las caderas desde que nació, algo que le impediría volver a correr como antes. Tras varias cirugías, le dijeron que su vida deportiva había terminado. Esto la entristeció mucho. Amalia amaba el deporte; era como su mejor amigo, y no quería despedirse de él.

Por un tiempo, estuvo triste y enojada. Pero un día, su fisioterapeuta le propuso probar CrossFit. Aunque al principio no le gustó mucho, decidió intentarlo una vez más. Poco a poco, descubrió que aún podía entrenar, adaptando los ejercicios a sus nuevas capacidades. Amalia encontró fuerza donde pensaba que ya no había, y con el tiempo empezó a competir en CrossFit adaptado.

Su primera competencia mundial fue un desafío enorme. Hubo momentos en los que quiso rendirse, pero algo dentro de ella le decía: “Sigue adelante, tú puedes”. Al final, no solo terminó la competencia, sino que ganó su primera medalla de oro. ¡Era campeona del mundo! Desde entonces, Amalia ha ganado varios campeonatos mundiales y ha demostrado que los límites existen sólo en nuestra mente.

¿Siempre te ha gustado el deporte?

¿Qué pasó entonces?

¿Qué pasó en ese momento?

Y creo que no estoy entendiendo que la vida me está diciendo de una u otra forma que ya se acabó. Pero bueno, hay algo dentro de mí que no sé qué es, que no me deja detenerme y por cosas de la vida, porque realmente creo que las casualidades no existen, una amiga me llamó y me dijo que había abierto un gimnasio, que un entrenador era médico y era especialista en CrossFit adaptado, que era el primero en Latinoamérica en hacer la certificación.

Me preguntó por qué no lo llamaba y yo, no, ya no quiero, ya no quiero hacer más esto, ya entendí, no sé qué. Entonces, después de pensarlo mucho un fin de semana, le escribí un domingo en la noche y le dije si podía ir a hacer una clase de prueba y me pidió que le enviara toda mi documentación médica, etcétera. Se la envié. Él habló con la organización en Estados Unidos mientras coordinábamos la cita que iba a ser un martes. Cuando llegué a la cita, él me dijo que sí, que podía entrenar CrossFit adaptado y que mi categoría competitiva se llamaba “sentado con función de cadera”. Y yo, ¿qué? ¿Y eso qué es? Y me dijo, tienes que competir sentada. O sea, tienes que competir en silla de ruedas para tener igualdad de condiciones. En ese momento le dije, no, no quiero competir en silla de ruedas. Me fui un poco triste de que no era una opción para mí. Pero después me puse a pensar que si quería seguir haciendo deporte en alto rendimiento o a un alto nivel y eventualmente llegar a competir, tenía que aceptar las cosas de una manera diferente y cambiar mi actitud. Y decidí probar. Fui a la primera clase y no me gustó. Fui a la segunda clase y quedé agotada. En ese momento dije, esto es lo que me gusta. Y empecé a entrenar. En ese momento todavía no tenía silla de ruedas, solo utilizaba las muletas.

Descubrí una competencia virtual grande a nivel mundial y le dije a mi entrenador, quiero hacer esta competencia porque quería volver a sentir si esa adrenalina todavía estaba, si sentía esa pasión por competir, que era lo que había hecho toda mi vida de una manera totalmente diferente a como estaba acostumbrada. Me dijo, no, Amalia, no puedes y yo, ¿pero por qué? Y me respondió, porque primero, tenés poco tiempo de estar entrenando de esta forma y segundo, porque no tienes una silla de ruedas adecuada. Las sillas de ruedas para CrossFit son hechas a la medida, son reforzadas, especiales, hay que mandarlas a pedir y tardan como un año en enviarlas. Le dije, si consigo la silla, ¿me deja inscribirme? Y me dijo, no vas a conseguir la silla, pero si la consigues, te dejo inscribirte. Así que me puse a buscar una silla de ruedas por todos lados y no la encontraba y no la encontraba. Dos días antes de que empezara la competencia pensé que tenía que encontrarla. Por mi personalidad, muchas veces en mi vida consigo lo que me propongo. Quería volver a hacer esto, quería volver a competir. Llamé a un amigo que tenía una tienda ortopédica y le pregunté si sabía dónde podía encontrar una silla de ruedas como esa. Me dijo, me acaba de llegar una esta semana para exhibición en mi tienda, si te queda, te la presto. Me fui para Heredia, llegué al lugar, me senté en esa silla y en ese momento me quedó. Después me di cuenta que me quedaba muy pequeña, pero en ese momento me quedó. Llamé a mi entrenador y le dije, tengo la silla, y él, no puede ser posible. Le mandé una foto y me dijo, no puede ser, ¿me dejas inscribirme? Me dijo, tengo que dejarte.

Me dejó inscribirme. No sabíamos nada. No sabíamos si él me podía ayudar, si no me podía ayudar, si me podía tocar la silla, si no le podía tocar nada. Hicimos la competencia virtual y pasé a la segunda etapa de la competencia, que también era virtual dos meses después. Empecé a entrenar más fuerte y llegué a la segunda competencia virtual y terminé esa competencia en un puesto bajo, pero que me daba pase para la próxima etapa, que era el mundial de CrossFit adaptado. Empezamos a entrenar más fuerte todavía. Teníamos dos meses para ir al mundial, empezamos a hacer actividades para recoger fondos, etcétera. Nos fuimos para Canadá en julio de 2019. Yo iba sin expectativas, quería obviamente tener un buen resultado pero sobre todo quería sentir si al volver a competir presencialmente iba a sentir lo mismo que antes. Llegamos a la competencia y anuncian la primera prueba y dicen natación. Y yo dije, esto es lo mío. Yo he nadado desde pequeña. Hicimos la primera prueba y efectivamente la gané. Hicimos la segunda prueba, que era levantamiento máximo y quedé de última. En ese momento dije, definitivamente esto no es lo mío.

VIDEO ¿Y cómo fue ese segundo día de competencia?

(N del R. ganó el campeonato mundial al que iba al día siguiente de esta entrevista)

¿Cómo ha sido el camino?

Este proceso ha sido muy bonito. Suena todo eso, pero en todo este proceso de estos nueve años desde que tuve el diagnóstico, he tenido muchas cirugías. No voy a decir que desgraciadamente, porque creo que al final es lo que forma mi carácter y lo que ha formado parte de lo que soy, he tenido problemas y consecuencias en cirugías y actualmente tengo un daño neurológico también en mi pierna derecha.

Ha sido un proceso bastante complicado de muchas cirugías durante este tiempo, y momentos en donde realmente he tenido muchas dudas de si lo voy a poder seguir haciendo o no, o si lo voy a lograr. Pero bueno, aquí estamos. Tengo tres meses de la última cirugía, así que no he podido entrenar realmente como me gusta para este campeonato, pero voy con toda la parte mental a darlo todo, a ver qué sale.

Hace poco te habías sometido a una operación para tratar los dolores crónicos. Con una app, cuando tienes dolores te envías impulsos para autotratarte. ¿Cómo está funcionando eso?

Sí, tengo un implante en mi médula espinal. Son varios cables que están colocados, entran por la médula espinal y salen de la médula hacia la raíz del ganglio. Eso envía impulsos eléctricos a mi cerebro para que, cuando la señal del dolor viaja por mi columna, lo decodifique y corrija la señal de dolor y llegue al cerebro como una señal correcta. Realmente el dolor neurológico es cuando los nervios se dañan, ¿verdad? Tratan de conectar y a donde no pueden conectar, entonces mandan una señal de algo que no es doloroso como doloroso. Por ejemplo, como tocarse la piel o uno siente como electrocutazos o acuchilladas en la parte que está dañada. Entonces, eso es lo que hace. Tengo la batería donde se conectan todos los cables. Está en mi glúteo izquierdo y con el celular lo controlo. Entonces, el dolor ha mejorado. No es un tratamiento curativo, pero el dolor sí disminuye considerablemente y ha sido una muy buena opción porque he dejado de consumir bastante medicamento, que además, por el deporte no puedo utilizar mucho porque me hacen pruebas de dopaje y demás. Entonces, de los medicamentos que puedo utilizar realmente no me ayudan para mi dolor, y ya estaba siendo un punto un poco difícil mentalmente, de tratarlo y de soportarlo. Esto me ha dado un poco de paz mental. El dolor no se quitó del todo, pero sí mejoró. He tenido un poco de paz para tener mejor calidad de vida.

También estuviste en Colombia dando una charla. ¿Das charlas motivacionales en el país principalmente, o por toda América Latina? 

Sin planearlo, cuando vine del primer campeonato mundial hubo una actividad acá en Costa Rica para el Día de la Madre y querían que cuatro mujeres vinieran a contar su historia. Me llamaron y me dijeron: “Amalia, queremos que vengas a contar tu historia”. Yo pensé, ¿qué voy a contar yo de mi historia, qué tiene mi historia de interesante? Pero me convencieron y fui. Cuando subí a ese escenario y conté mi historia, sentí como que pude decir todo lo que había vivido en ese proceso que nunca había podido decir antes y no se lo había podido decir a nadie. Hice una conexión con el público súper linda. La gente se conmovió mucho con toda la charla. Cuando bajé del escenario, el organizador me dijo: “Amalia, ¿qué acaba de hacer usted?” Y yo le respondí, “¿por qué?” Me dijo: “usted tiene una historia demasiado poderosa. Usted la tiene que contar más gente”. Y yo pensé, “wow, en serio”.

Empecé de la nada. Gente que me escuchó ahí me empezó a llamar, personas que trabajaban en empresas me preguntaban si daba charlas, si podía dar una charla, si podía contar mi historia. Actualmente doy charlas. Este año, mi lema de vida es “cuidado con lo que quieres porque lo conseguirás”. Este año hice mi vision board a principio de año y en el vision board puse “charlas internacionales”. Este año he dado ya como seis charlas internacionales, todas en América. Estuve en Colombia dando una charla. Ahora a fin de año seguramente voy para Chile. Hace poco estuve compartiendo una charla con una persona de España, de hecho en español, y me dijo: “necesito que usted cuente su historia en todo el mundo”. Entonces me va a poner en contacto con otra gente para ver si sale algo. Así que bueno, esperemos pronto estar en Europa.

Estudiaste diseño de interiores. Costa Rica no es un país que esté especialmente bien adaptado para personas con movilidad reducida, en el espacio público y en espacios privados. ¿Cómo se puede pensar desde las políticas públicas y desde el trabajo en diseño de interiores en personas con movilidad reducida?

Definitivamente ha cambiado. Hace nueve años era otra historia completamente. Creo que esto viene de un tema más social y desde mucho más atrás. Yo siempre digo que, si les enseñamos a los niños que la discapacidad es algo normal, ellos aprenden a ver la discapacidad como algo normal. Pero si les enseñamos que es algo malo, ellos lo verán así. Actualmente tenemos muchos más espacios deportivos, instalaciones, centros comerciales, etcétera, que son accesibles para personas con movilidad reducida. Sin embargo, todavía falta. De hecho, ahora hay una ley en Costa Rica que permite a edificios antiguos hacer remodelaciones para que sean accesibles según la ley 7600, sin tener que sacar todos los permisos del colegio de arquitectos y demás, que es un trámite bastante tedioso.

Esto tiene el fin de que cada vez más espacios sean accesibles. Creo que es un tema de enseñarles a los chicos desde pequeños para que crezcan sabiendo que es algo necesario, al igual que una casa necesita una puerta, un espacio público tiene que ser accesible. Vamos poco a poco. Pero sí, definitivamente, la prioridad para muchas construcciones es la accesibilidad. Ahora es una ley, entonces el que construya nuevo tiene que hacerlo, pero igual, todavía falta.¡Claro! Aquí tienes tu texto sin el minutaje y con correcciones de ortografía y gramática:

En 2023 decidiste jugar pádel adaptado y quedaste en quinto lugar en el mundial en España. ¿Cómo fue eso?

Pero no fue por mí, no, mentira. De hecho, fue una experiencia. La verdad, tuve una cirugía a finales del 2022 y fue una cirugía bastante complicada. Después fui a competir al mundial, gané el mundial en esa vez, el tricampeonato. Gané en esa ocasión, pero después de eso dije necesito cambiar algo, algo me tenía incómoda y me escribieron que habían abierto la primera cancha de pádel en Costa Rica, que si quería ir a probar. Yo dije que no, definitivamente no, tengo competencia. Me dijeron que no importaba, que fuera después de la competencia y yo…

Bueno, hablamos después y literal el día que terminé la competencia me pusieron “felicidades, ¿cuándo vienes?” y yo, ay, Dios mío. Les dije que no podía, que mi horario era muy complicado, que esto, que el otro. Me dijeron que abrían hasta los domingos. Fui un domingo. Llegué primero que nada con mi silla de uso diario, no la deportiva, que para pádel es la que se necesita. No me podía ni mover porque uno se puede caer muy fácil. Entonces, yo ahí con la pala, sin moverme. Resulta que tomaron unas fotos, las subieron a las redes sociales y el campeón mundial de pádel es amigo del entrenador que estaba en ese momento. Vio la foto, la reposteó, etiquetó a la Federación Española, la Federación Española la vio y el lunes, o sea, fui un domingo a las 10 de la mañana, el lunes a las 8 de la mañana me llaman y me dicen, “Ama, hay 90% de probabilidad de que vayas al Mundial de Pádel en España en 5 meses” y yo no sé jugar. Pero bueno, nos dijeron que hiciéramos un equipo de 6 personas y yo obviamente dije, aquí yo tengo que entrenar esto como si no hubiera un mañana. Literal iba 2 veces al día, entrenaba todos los días porque dije, no, no puedo ir mal. Reclutaron a otros chicos de tenis en silla, que obviamente se parece mucho al deporte, entonces ellos bastante bien. Al final nos fuimos para España en mayo al mundial y quedamos en quinto lugar. Hice unos puntos que todos se quedaban así y me decían, “¿pero qué estás haciendo?” y yo no sé, solo me están saliendo. ¡Disfrutemos! Pero sí, fue increíble.

¿Qué sientes cuando representas a Costa Rica en competencias internacionales? 

Es una satisfacción muy bonita ganar una competencia, pero lo que siento es que estoy abriendo oportunidades para muchísimas personas, sobre todo mujeres y niñas, que la tenemos más difícil en deportes no convencionales. Cada vez que esa bandera llega a lo más alto es como decirle al mundo que Costa Rica existe, que somos potencia y tenemos todas las capacidades para lograr muchísimas cosas. Es como decirle a la gente, crean en ustedes, lo pueden lograr. Si yo pude creer en mí y lo he logrado, ¿por qué ustedes no pueden creer en ustedes y también lograrlo? No nos quedemos con la idea de que somos demasiado pequeños y no vamos a poder lograrlo, porque realmente tenemos todo para poder hacerlo. Es un sentimiento muy lindo, estar ahí demostrando que un país tan pequeño, que mucha gente ni siquiera sabe que existe o lo confunde con otros países, al final termina siendo algo muy grande dentro de una disciplina, una competencia o a nivel mundial, haciendo ruido a nivel mundial de que Costa Rica existe.

Hablando de competencias mundiales, ¿cómo te preparas para una competencia a nivel mundial? ¿Tienes algún ritual, algún tipo de rutina específica? 

Tengo varias cosas. Primero que nada, visualizo muchísimo lo que va a pasar en la competencia. Después, tengo recordatorios a lo largo del día que me recuerdan realmente quién soy. Por ejemplo, el fondo de mi celular tiene una frase que dice «I’m the winner», para recordarme quién soy. Luego, las ventanas de mi casa, los baños, los espejos, están llenos de frases escritas con marcador que me recuerdan que puedo, que lo voy a lograr. También tengo unas pulseritas que dicen «Think Gold» (piensa en oro) y otra que dice «fuerza». Para recordarme durante todo el día, cada vez que las veo. Siempre, siempre, siempre en competencia el primer día tiene que haber algo dorado y algo rosado. Ese es como mi amuleto. El rosado porque me encanta, era mi color favorito, ahora ha cambiado un poco a morado, pero me sigue encantando el rosado. Entonces, rosado y dorado siempre.

Aunque fue un poco una encerrona lo del pádel, como lo cuentas, ¿crees que llegarán nuevos deportes? ¿Te veremos competir en unos juegos paralímpicos en Los Ángeles 2028?

Desde tu visión, ¿cómo ves el tema de la infraestructura en el país? ¿ha avanzado algo en estos nueve años? ¿Cómo ha evolucionado el deporte adaptado en Costa Rica desde que comenzaste hasta ahora y si ves que hay suficientes apoyos e intereses?

El deporte ha evolucionado definitivamente. Tenemos muy buenos exponentes ahora en Costa Rica, como Sherman, José Pablo Gil y yo también he logrado cosas en CrossFit. Esto ha hecho bastante ruido en los últimos 4 o 5 años y ha abierto un poco más la posibilidad para que otras personas con discapacidad practiquen deporte. Al no tener infraestructura 100% especializada o transporte accesible, se limita un poco la práctica de deporte de alto rendimiento en personas con discapacidad. Creo que hay una diferencia en apoyo, pero lo que pasa es que en Costa Rica, como en muchos países de Latinoamérica y no sé cómo está en Europa, si no es fútbol, el apoyo es muy difícil. Competir a un alto nivel demanda muchísimo tiempo. En otros países son deportistas profesionales, pero aquí no se puede. 

Trabajo en diseño, tengo mi empresa de diseño de interiores y reparto mi tiempo entre diseño y entrenamiento. Entreno cuatro o cinco horas al día, tengo que entrenar súper temprano o súper tarde en la noche para poder trabajar el resto del día. Todas estas son cosas que se dificultan. Hay mejor apoyo para deportistas que ya están en alto rendimiento, en la parte de deporte paralímpico y demás, pero todavía no es suficiente para dedicarse a eso profesionalmente. Todavía falta.

¿Qué papel ha jugado tu familia y tus amigos en tu carrera como atleta?

Obviamente son indispensables. Mi familia me ha apoyado en todo momento desde el inicio de esto. Ha sido un proceso un poco nublado, por así decirlo, porque al ser un problema degenerativo y que en las cirugías han ido pasando complicaciones y demás, realmente no teníamos un panorama claro desde el principio, sino que ha sido ir asumiendo en el momento lo que va pasando y lo que sigue avanzando. 

Ellos han sido indispensables, obviamente un apoyo increíble, mis papás, mis hermanos, primos, etcétera. Sin ellos realmente no podría, han sido un apoyo emocional muy grande y también económico porque hemos tenido que hacer varios procedimientos que no se realizan en la seguridad pública aquí, sino que tenemos que buscar otras opciones, entonces me han apoyado mucho.

Y mis amigos, al inicio pensé que iba a perder algunos amigos porque iba a tener que cambiar completamente mi estilo de vida, dejar todo lo que estaba haciendo, lo que nos apasionaba, que muchos de mis amigos son del deporte. Pero no, realmente todos han seguido ahí, han sido indispensables, han sido parte muy importante para que siga haciendo esto, me apoyan en competencia, me apoyan en los procesos. Incluso uno, un amigo fue una clave fundamental cuando empecé a practicar CrossFit. Como te comentaba antes, no quería competir en silla de ruedas. 

Él llegó un día y me dijo: «Ama, vea, cuando usted entrenaba triatlón, nadaba, luego salía de la natación, se montaba en una bicicleta y luego corría, ¿cierto?» Y yo respondí, sí. Él me dijo: «OK, la bicicleta tiene una rueda a un lado y una rueda al otro.» Y yo dije, ajá. Me dijo: «OK, ahora se va a sentar en una silla de ruedas que tiene una rueda a un lado y una rueda al otro, y va a ser su disciplina deportiva que a usted le gusta, es su herramienta para seguir practicando deporte a alto nivel.» Y para mí eso fue total. Mis amigos siguen estando presentes, los mismos, y se han sumado nuevos en el proceso, pero los de hace muchos años son amigos verdaderos que han estado ahí. Cada vez que me dan un nuevo diagnóstico, cada vez que tenemos que hacer un nuevo procedimiento o lo que sea, siempre están ahí presentes. 

¿Qué aspectos mentales y emocionales consideras clave para alcanzar el éxito en tu disciplina?

Creo que es muy importante algo que a veces no consideramos importante, que es trabajar nuestra mente. Definitivamente, la cabeza, el cerebro es un músculo y tenemos que entrenarlo para exponernos a situaciones de estrés como son las competencias, a situaciones imprevistas que pasan sin pensarlo en medio de una competencia, saber resolver, estar fuertes emocionalmente porque dentro del alto rendimiento es muy fácil lesionarse, es muy fácil que no nos salga algo, no tener los resultados esperados, etcétera. Todo eso tenemos que irlo trabajando para poder estar fuertes dentro de la parte mental y llegar a la competencia bien.

A mí me gusta mucho todo el trabajo de visualización, el self-talk, que es como hablarse a uno mismo. Me encanta escuchar podcasts, escuchar charlas de TEDx, escuchar ese tipo de cosas que me recuerden las situaciones que pasan otras personas y que otras personas logran superar, para recordarme que yo también puedo lograrlo. También he aprendido mucho que las emociones se entrenan y he aprendido a manejar mis emociones de una manera que me ayuden a dar algo más allá en la competencia, en lugar de paralizarme y quitarme esos sueños y metas que voy trabajando día a día.

¿Qué mensaje te gustaría darles a las personas que enfrentan desafíos físicos o emocionales para que se motiven a practicar deporte?

Ilustraciones: Noelia Audisio. Visita su Instagram