Por: Daniel Zueras
Giannina es una periodista de investigación que ha sido una adelantada a su tiempo, empezando con el periodismo de datos décadas antes de que nadie hablara de ello.
Comenzó a leer y escribir desde muy pequeña; con solo cuatro años ya leía el diario La Nación.
Siempre fue precoz. Entró directa a segundo grado y a la Universidad con 15 años. Comenzó estudiando la carrera de física, pero dos años después pasó a estudiar la que siempre ha sido su gran pasión, el periodismo.
Entró a trabajar con 24 años en la que sería su casa por dos décadas, el diario La Nación, donde fundó y dirigió el equipo de investigación y datos. Cuando Giannina comenzó con esto, apenas existía lo que hoy llamamos periodismo de datos y las herramientas eran unas computadoras inmensas y muy caras.
Junto a su equipo destapó varios escándalos de corrupción que implicaban a dos expresidentes; pero también otros con empresarios, funcionarios, iglesias o políticos. En estos años sufrió presiones, robos del material investigado e incluso recibió un disparo en el pie.
Uno de sus trabajos la llevó a estar encerrada en un búnker en Nicaragua, entrevistando y recopilando datos, con varias personas apuntándole con sus metralletas.
Tras abandonar el diario La Nación, dirige la carrera de Periodismo de Datos en la Universidad de Columbia (EE UU), una de las más prestigiosas del mundo. Cree que el periodismo puede hacer del mundo un lugar mejor, investigando sobre la corrupción.
¿Qué te gusta de la profesión, del periodismo?
El periodista tiene la doble dicha de vivir con los actores directos o experimentar los directos de esos problemas sistémicos que estamos investigando. Aquí hablo del periodismo de investigación, que es lo que yo básicamente he hecho, no hablo del periodismo en general.
Cuando se da esa conexión, en ver abajo, que es donde se construyen todas estas redes y empezar a escalar. ¿Por qué? ¿Qué y quién? Básicamente, lo que hacemos los periodistas es empezar a encontrar patrones, cosas y fuerzas. La curiosidad mató el gato, ese es el ingrediente que ha sido transversal.
¿Cuándo sabes que quieres ser periodista?
¿Siempre quisiste hacer periodismo?
¿Qué es lo que más te gusta del periodismo?
Cuanto más vieja me hago, menos me gustan menos las etiquetas. Sobre todo, porque a mí me ha tocado varias en esta vida y en la parte profesional también
Ahora si me piden que escoja una, soy periodista de investigación. Y si nos vemos en un contexto más amplio, la multidisciplinariedad era la normalidad hace pocos cientos de años. Y por lo mismo salieron unos genios que terminaban en distintas disciplinas. Eso yo lo tengo, y ese deseo tal vez nace de una convicción total, natural, de sentido común.
Vengo, hago una exploración, me fascina un mundo que yo no conozco, lo exploro y me fascina tanto que quiero comer este pastel, quiero que este pastel se mezcle con el otro y ahí es donde se va uno cuenta que para poder hacer cosas grandes, proyectos realmente de impacto o que descubran hechos relevantes, hay que hacerlo así.
Cuando empecé, en periodismo no era optativo experimentar con tecnología, trabajar con datos ni hacerlo porque era muy cool. Es inevitable, para entender el mundo tan complejo en el que vivimos, ahora primero investigar fenómenos de forma sistémica y transfronteriza, multidisciplinaria y con un esquema, colaborativo y global. En eso ando sobre todo los últimos 10 años.
Pero la verdad ahora tienen esas etiquetas antes tenían otras. Por ejemplo, yo empecé a incursionar cuando no había internet. Era BITNET lo que tuve primero, era una una red de conteos, no había HTML; era un proyecto de la universidad.
¿Así comienzas a combinar el periodismo con los datos y la tecnología?
¿Qué avances habéis tenido con ello?
Este año ya lanzamos la herramienta Nina, una base de datos dinámica que integra datos públicos sobre compras estatales a todo nivel disponible. Ahí se van agregando y se van haciendo alianzas. Es una plataforma donde vamos a recolectar datos.
El objetivo de Clip es crear herramientas usando inteligencia artificial, Machine learning y otras herramientas que, integradas, nos permiten hacer cosas impresionantes a nivel latinoamericano. Porque tenemos los mismos problemas, el mismo idioma, las transnacionales tienen las mismas recetas para pagar sobornos en todos los mismos países. O sea, hay como patrones que se repiten, que permiten que podamos estandarizar la recolección de información Y además, para detectar ese tipo de cosas, los datos se vuelven impresionantes para poder llegar no aleatoriamente a un problema o porque alguien te contó, sino de forma independiente, combinando observación y, por supuesto, verificación.
Y todo esto llegando a lugares tan profundos que a veces ni el mismo Estado se da cuenta. Por ejemplo, cuando no había Internet íbamos con una torre de esas de computación gigante a recoger una base de datos de 100.000 personas a la Caja del Seguro Social, después de que ganamos un recurso de amparo. Estoy hablando de los 90 y por dicha fuimos a la sala Constitucional, porque creamos precedentes en donde todo lo que era información pública. Internet apenas estaba empezando y Costa Rica comenzó a crear jurisprudencia para defender el periodismo, la naturaleza de esos registros siendo públicos de forma digital; de manera que uno ya empezaba a poder pedir bases de datos completas y analizarlas. Ahí es donde uno empieza a poder auditar, masivamente, programas públicos de gastos. En realidad no es auditar, es explorar y encontrar áreas.
¿Qué aporta el periodismo de investigación?
¿Estamos en un momento difícil para el periodismo, en la era de las Fake News?
Lo de apropiarse del debate es literalmente cierto, especialmente con Tik Tok. La llegada de Tik Tok, ahora que están todos experimentos, es una fiesta donde están todas las gallinas sueltas y no hay nadie que las cuide. Y eso, sin entrar a hablar del ejército de mercenarios digitales que están direccionando como les da la gana los sentimientos de millones de personas para desestabilizar democracias y antagonizar poblaciones. Realmente, no es nuevo en la historia de la humanidad, de hecho, es parte de nuestra historia.
Pero es la forma tan efectiva y nueva en que se puede hacer ahora. Y cuando lo llegas a entender bien, cuando llegas a entender la potencia de mezclar las ciencias cognitivas y predictivas, con un análisis totalmente determinado y ajustado y a esas premisas les sumas la inteligencia artificial, entonces creas perfiles inequívocos de poblaciones.
Claramente se manejan listas completas de votantes casi en todos los casos, porque eso es un ingrediente importantísimo para cualquier trabajo de minería de datos. Ahí hay un terreno, donde justamente ahorita estoy trabajando con algunos estudiantes y colegas, para entender el tema de dónde vienen todas estas campañas.
Porque muchas de ellas no se trata de campañas nada más. Muchos terminan con ataques físicos que son promovidos en en redes sociales. Va más allá del tema de la desinformación, que es masiva.
Es preocupante, creo que hay que investigarlo. Creo que las compañías de tecnologías son un desastre total, son unos mentirosos. Facebook no dice nada de lo que pasa en Whatsapp y toda América Latina se mueve por Whatsapp. Medio cuenta algunas cosas que encuentra por ahí en Facebook, pero nada de las cosas realmente importantes que vemos en América Latina.
La desinformación no es nueva, pero estas técnicas realmente sí lo son y se siguen mejorando cada minuto.
Lo que concluyo es que seguimos desarrollando tecnología para la cual no estamos listos como seres humanos. Para aplicarla y convivir con ella. En otras disciplinas es una locura lo que se puede ver con predicción de datos y realmente el mundo era este.
Hay todo un nicho dentro del periodismo de datos cada vez más creciente que es investigar algoritmos, investigar cuáles son las premisas del algoritmo, ver cómo se desarrolló y testearlo con diferentes poblaciones. Porque son totalmente opacos, o sea, ahora hay nuevas cajas negras. Es cierto que el mundo de la tecnología abre muchísimas puertas, pero también abre muchas cajas negras nuevas. Por ejemplo, ¿quién toma las decisiones editoriales -porque al final son editoriales- y las premisas en un algoritmo que va a definir la vida de millones de seres humanos? Si tienen derecho a votar, si reciben o no un subsidio… Esas decisiones, cada vez más, las toman algoritmos y pueden estar basados en data errónea o en premisas erróneas
He leído que estuviste rodeada por hombres con metralletas en un búnker en Managua…
¿Has tenido muchos problemas por tu trabajo?
Bueno, realmente es parte del paquete que uno sabe que puede pasar si te metes en esto. Si me meto hacer un trabajo que ya de por sí es un poco difícil de hacer o tiene sus obstáculos. No se puede una cosa sin las consecuencias. No estoy diciendo que eso deba de pasarle a un periodista ni a nadie, ¿eh? Lo que digo es que te llegas a preparar mentalmente para enfocarte en el rol y no salirte de ello, porque a veces el problema es que hay personas que creen que es personal el trabajo que hacemos. Tal vez no entienden que, en la mayor parte de los casos, empezamos a investigar un evento sospechoso y terminamos llegando a personas que ni nos imaginamos.
¿Has encontrado mucho machismo en el periodismo?
¿Cuáles han sido los momentos más difíciles, profesionalmente?