En las montañas verdes y mágicas del Caribe de Costa Rica nacía, en 1954, Juanita Segundo Sánchez, una niña indígena keköldi (que significa ‘río del bastón del chamán’ en lengua bribri), perteneciente al clan yëyëwak (los dueños de lo correcto), un pueblo lleno de historias y secretos ancestrales. 

Juana amaba su tierra y las historias de su gente. A menudo se sentaba bajo los grandes árboles para escuchar a los mayores, quienes le enseñaban sobre las plantas, los animales y las tradiciones de su cultura.

Con los años, se convirtió en una defensora de sus costumbres y tradiciones, una guardiana de las historias indígenas del Caribe, cuidando la sabiduría de su pueblo. Las ha recopilado en ‘Mi libro de historias bribris’ o en ‘Tradiciones y leyendas indígenas contadas a los niños bribris de la Reserva Indígena de Cocles’ (este junto a Gloria Mayorga).

Ha traducido materiales educativos, como la ‘Minienciclopedia de los territorios indígenas de Costa Rica’, enseñando a las niñas y niños en su lengua indígena, para que puedan aprender sobre su cultura y sus tradiciones. Pero Juana no solo enseñaba sobre las cosas que estaban en los libros, también hablaba de la importancia de cuidar la naturaleza, de amar a la comunidad, y de nunca olvidar quiénes somos y de dónde venimos.

También se dedica a la agricultura, la conservación de la naturaleza y a la artesanía, junto a su hermana Gloria Mayorga y miembros del taller artesanal y la Asociación de Desarrollo de Kéköldi. Allá por 1988 donó a la comunidad parte de sus tierras, para la cría de iguanas verdes (que ya escaseaban en el lugar), liberando 30.000 ejemplares en la zona. Impulsó también un pequeño emprendimiento comunal de artesanías en el que las mujeres de la zona realizan maracas, jícaras o colgantes, entre otros.

Ilustraciones: Manu Mairena. Visita su Instagram