Desde pequeña, Virginia tenía una enorme imaginación y le encantaba contar historias. Nacida en Puntarenas, de niña soñaba con viajar por el mundo y aprender de diferentes culturas (llegó a hablar cuatro idiomas). Su mamá era maestra y su papá adoptivo era alemán.
Cuando apenas tenía 10 años, la familia decidió irse a Alemania, ya que el ambiente en Costa Rica era anti alemán en los meses previos a la II Guerra Mundial. Viajaron por distintos países europeos y en Austria les sorprendió el inicio de la guerra. Ella se fue con su mamá a Italia y su papá tuvo que huir a la URSS y después a Japón. En 1941 regresaron a Costa Rica, y su papá fue apresado y enviado a un campo de concentración en Texas (EE UU), pero un año después viajó con su mamá para estar junto a él y en 1943 los intercambiaron por prisioneros de EE UU y se fueron de nuevo a Alemania. Allí vivió los últimos meses de la IIGM, con una gran hambruna
Pudo regresar a Costa Rica, cruzando Francia, llegando a Panamá y, por fin, a su querida Puntarenas. Estudió Filosofía, Literatura y Arte en la UCR. Se convirtió en una talentosa escritora, actriz y directora teatral.
Junto a un grupo de inquietos jóvenes fundó el Teatro Arlequín, en 1955, fundamental para el desarrollo del teatro en el país.También fue pieza fundamental para el nacimiento de la Editorial Costa Rica.
Virginia no se quedó en Costa Rica. Vivió en Cuba durante 11 años, con gran influencia en la escena teatral. En 1970 fue invitada por el Berliner Ensemble, compañía fundada por Bertolt Brecht (quien era su gran ídolo teatral) para formarse como dramaturga y trabajar allí un tiempo
En Chile enfrentó tiempos difíciles cuando su esposo desapareció durante el golpe militar de Pinochet. De esta experiencia escribió su libro ‘Desaparecido’ (1980). En Nicaragua la dictadura de Somoza apresó a su hija Liana Benavides a finales de los años 70. Grütter realizó una campaña internacional para lograr su libertad de la joven, que convirtió a Liana en símbolo de resistencia. Después, trabajó tres años en ese país, ya tras el triunfo de la Revolución Sandinista.
Finalmente regresó a nuestro país, donde se quedó hasta su muerte en 2000. En 1996 ganó el premio Áncora de Literatura (concedido por el diario La Nación) con el poemario ‘Cantos de cuna y de batalla’. En 2021 fue declarada Benemérita de la Patria por sus aportes a la política, literatura y cultura de Costa Rica. Y es que su vida estuvo llena de desafíos, pero siempre se mantuvo firme en su lucha por la justicia y la igualdad.
