Andrea no solo era una maestra querida por todos, sino también una defensora de la justicia, siempre dispuesta a luchar por lo que era correcto. 

En 1917, el dictador Federico Tinoco tomó el control del país. Andrea, junto a su prima Carmen Lyra y un grupo de maestras encabezó las manifestaciones del 13 de junio de 1919 contra el Gobierno, junto a estudiantes del Liceo de Costa Rica y del Colegio de Señoritas. El gremio de la educación era de los más afectados por los recortes sociales y de libertades. Al llegar a los talleres del periódico ‘La Información’ (favorable a Tinoco), lo quemaron. Fue el primer paso para que el dictador empezara a temblar, que dos meses después abandonó el país.

La policía persiguió a Andrea, Carmen y Ana Rosa Chacón hasta la sede de la Embajada de Estados Unidos, ametrallando el lugar por no entregar a estas mujeres.

Pero la aventura de Andrea no terminó ahí. Dos años después, en 1921, cuando Costa Rica tuvo que defenderse en una guerra contra su vecino Panamá (que invadió la zona de Coto), el presidente Julio Acosta García la nombró Superintendente de las tropas. Por su valentía, el presidente la honró con una medalla y la nombró Capitana del ejército.

Con el paso de los años, Andrea continuó siendo una heroína. En 1948, durante otra importante batalla, luchó junto a José Figueres. Esta vez, dirigió a quinientos soldados en la ciudad de San Isidro del General, demostrando que su valor nunca se había apagado.

Así, Andrea Venegas Mora se convirtió en una leyenda. No solo fue maestra, sino una guerrera que defendió la libertad de su país. Y, aunque las guerras terminaron, su historia sigue viva.

Ilustraciones: Noelia Audisio. Visita su Instagram