Con este acto, 3M busca reconocer la trayectoria de las científicas latinoamericanas que con su trabajo generan un impacto positivo en sus comunidades.
Por Paola Barrera
Ana Isabel Sarkis Fernández y Virginia Alvarado García son las dos costarricenses que destacan en la segunda edición de 25 mujeres en la ciencia, desarrollada por la empresa 3M.
La compañía lleva a cabo el concurso 25 Mujeres en la Ciencia Latinoamérica 2022, con el objetivo de reconocer a las científicas que están generando un impacto a través de su investigación y que es promovida por la compañía para continuar siendo un agente de cambio que motive a más niñas y mujeres a desarrollarse en áreas relacionadas con la ciencia.
Según el programa Estado de la Nación, las mujeres en Costa Rica constituyen la mitad de la población y el 57% de la población con título universitario. Sin embargo, las mujeres representan menos del 30% de las ocupaciones STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemática), según la Academia Nacional de Ciencias.
Este es un número preocupante si pensamos que la ciencia y la tecnología definirán el futuro laboral. Además, El Informe Estado de la Nación 2018-2019 muestra que la pobreza se reduciría a la mitad, si todas las mujeres profesionales estuvieran empleadas y un gran porcentaje de ellas estuvieran en campos STEM.
“25 Mujeres en la Ciencia busca visibilizar las contribuciones de las mujeres que se desarrollan en campos científicos, romper los estereotipos de género y promover la inclusión en un área del conocimiento fundamental para desarrollar e innovar soluciones que nos permitan enfrentar los problemas que nos aquejan como humanidad”, comentó Adriana Rius, directora de Comunicación y Marca para 3M Latinoamérica.
Los proyectos con bandera costarricenses
Ana Isabel es licenciada en Ingeniera Civil por la Universidad de Costa Rica y cursa un doctorado en Nueva Zelanda en la Universidad de Canterbury. Cuenta con una amplia experiencia en ingeniería estructural y colaboración interdisciplinaria en países altamente sísmicos como Costa Rica, Italia, Turquía, Grecia y Nueva Zelanda.
Como profesional, busca expandir el conocimiento y las habilidades para ayudar a desarrollar comunidades resistentes a los terremotos que puedan lidiar con eficacia y recuperarse rápidamente después de un evento sísmico importante, contribuyendo al esfuerzo global para mitigar el riesgo sísmico.
Actualmente es ayudante de cátedra del Departamento de Ingeniería Civil y de Recursos Naturales en cursos como Diseño de Miembros de Hormigón Armado, Sistemas Estructurales e Ingeniería de Puentes Sísmicos en la Universidad de Canterbury en Nueva Zelanda.
Su proyecto llamado “Evaluación sísmica de entrepisos de concreto prefabricado y pretensado”, está inspirado en el terremoto que sacudió a Nueva Zelanda en 2016, el cual dañó severamente los edificios de Wellington, la capital de este país. El proyecto tiene como objetivo mejorar el entendimiento que se tiene sobre el comportamiento sísmico de los sistemas de entrepisos de las construcciones para comprender la forma en que se pueden dañar después de ciertos niveles de desplazamientos sísmicos, para así proponer nuevos métodos o tecnologías que mejoren el comportamiento de las estructuras ante los sismos en Nueva Zelanda y otras áreas de alta sismicidad, como las hay en Latinoamérica.
Virginia Alvarado García es bióloga tropical con énfasis en Manejo de Recursos Naturales de la Universidad Nacional de Costa Rica, con una maestría en Manejo y Gestión de Cuencas Hidrográficas del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE) en Costa Rica.
Trabaja desde el 2010 en la Vicerrectoría de Investigación de la Universidad Estatal a Distancia (UNED), y actualmente es investigadora en el Laboratorio de Vida Silvestre y Salud de la misma institución. Ha participado como ponente en diversos eventos nacionales e internacionales sobre erosión y sedimentos, cuencas hidrográficas, ecología urbana y cambio climático. Además, es autora de varias publicaciones en temas relacionados con el control de la erosión, plantas nativas, conservación de suelos, rehabilitación ecológica y calidad del agua.
Su proyecto llamado “Plantas nativas para el control de erosión”, nació hace más de 10 años y está basado en la revegetación como esa alternativa eficaz, viable y sostenible para poder prevenir y mitigar el acelerado proceso de erosión. El proyecto busca determinar el potencial de especies vegetales nativas en el río Torres, ubicado en San José, Costa Rica; para el control de la erosión y foresta urbana, con la finalidad de recomendar especies nativas con mayor potencial de uso para los procesos de erosión y restauración ecológica.
Sobre el reconocimiento
La edición de esta iniciativa contó con la participación de científicas de toda la región, quienes presentaron sus proyectos e historias a un jurado calificador que seleccionó a las 25 mujeres científicas más destacadas de países como Colombia, Perú, Brasil, Panamá, Costa Rica, México, Chile y Argentina.
El jurado estuvo conformado por integrantes destacados -a nivel regional- como académicos, líderes y/o especialistas de industrias científicas, así como personajes con amplia trayectoria en temas de ciencia, investigación, innovación, emprendimiento y sustentabilidad.
Para garantizar la inclusión y evitar sesgos cognitivos en el concurso se tomaron diversas medidas como el no solicitar fotografías, videos o procedencia universitaria durante la primera fase de registro.
El proceso de evaluación para la selección de las 25 científicas ganadoras consideró las siguientes variables:
● Potencial de impacto social directo o indirecto en América Latina: se evaluó el impacto social del proyecto, ya sea en extensión (número de personas o colectivo/s impactados), así como en profundidad (solución o ayuda a un problema de mayor o en menor nivel).
● Innovación del proyecto: el proyecto presentado debía ser innovador y disruptivo
● Viabilidad del proyecto: este criterio fue evaluado desde una perspectiva técnica, económica y organizativa.
● Madurez de la idea: demostrada a través de los resultados de las pruebas piloto. Por ello, los prototipos se presentaron analizando su funcionamiento, escalabilidad y resultados.
● Capacidad y experiencia: el potencial de las candidatas fue otro de los parámetros determinantes para la evaluación de la candidatura, ya que la sostenibilidad y el éxito de los proyectos también recae en el potencial de ellas y de sus equipos.
Entre los beneficios que obtuvieron las ganadoras se encuentran el reconocimiento por parte de 3M Latinoamérica; la inclusión de sus proyectos e historias en la segunda edición del libro conmemorativo de 25 Mujeres en la Ciencia Latinoamérica 2022; un plan de visibilidad y relacionamiento científico; y el acceso a uno de los programas de Educación Ejecutiva de EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey, Management Business Skills, que brinda los conocimientos más actuales y competencias necesarias en torno al Liderazgo, Visión de los Negocios, Tecnologías Exponenciales y Emprendimiento.