Las selecciones menores masculina y femenina tienen un trato totalmente equitativo según la Federación Costarricense de Fútbol.
Por: Fiorella Montoya
Hablar de fútbol femenino en Costa Rica ya no es un tema ajeno a las personas, al menos no en los fanáticos del fútbol. Sin embargo, hablar de equidad sí levanta comentarios, por lo que es importante conocer el antes y el después de nuestro balompié femenino; sobre todo desde la Selección Nacional, la mayor vitrina de las jugadoras.
Tomando en cuenta ejemplos como los de Brasil e Inglaterra, países que recientemente anunciaron igualdad salarial, en bonos o viáticos entre selecciones masculinas y femeninas, nace la pregunta: ¿Y en Costa Rica, cómo se maneja el tema?
“Las menores masculinas y femeninas se han tratado siempre igual. Con la selección mayor masculina y la femenina, en las concentraciones siempre se escogen los espacios para que cada una pueda utilizar. Es exactamente la misma atención”, dice la secretaria general de la Fedefutbol, Margarita Echeverría.
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Las seleccionadas nacionales gozan de viáticos, lugar para concentraciones y médicos. A nivel de salarios ningún seleccionado (sea hombre o mujer) es asalariado por jugar en la Tricolor. Sí que se les ofrece el gasto de bolsillo (sobre todo a las mujeres, pues en su mayoría no viajan en auto), médicos, alimentación, hospedaje y, cuando tienen competiciones en el extranjero, todo lo cubre la federación.
Esto sucede desde hace pocos años, por eso es importante conocer cómo se ha evolucionado en este tema.
Antes y después
Jacqueline Álvarez fue seleccionada nacional de 1998 a 2010, prácticamente toda su carrera. La exfutbolista recuerda muy bien las luchas que tuvo que pasar junto con sus compañeras para poder representar los colores naciones contra todo pronóstico, incluso sobre el de la Fedefútbol.
“En esos años fue cuando FIFA le indica a las confederaciones que debían tener equipo femenino, eso fue una obligación para la Federación. No lo vieron con buenos ojos (…), lo digo porque no teníamos cancha donde entrenar, no teníamos uniformes, no teníamos nada”, expone Álvarez.
En aquellos años entrenaban de noche en la Sabana, bajo la oscuridad. No recibían viáticos, ni hidratación, los entrenadores eran amateur. Y tuvieron que soportar los señalamientos y malos tratos hacia ellas, a pesar de que también luchaban por defender y poner a Costa Rica en lo más alto.
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“Cuando ya logramos que nos dieran un espacio para poder entrenar en el viejo Estadio Nacional, teníamos que ir a firmar a la antigua Federación. Recuerdo que muchos dirigentes y mucha gente decía: “Ahí vienen las lesbianas”. Todo eso lo escuché y fue muy fuerte, porque no nos apoyaban”, menciona Jacky. La ex seleccionada utilizaba en aquel momento el uniforme de Hernán Medford, ya que usaban la indumentaria que los jugadores de la masculina dejaban; pero las hacía felices porque era lo que amaban, en medio de tanta dificultad.
El tema más marcado es el hecho de tener uniforme propio. Una de las jugadoras que ha podido vivir cambios es la legionaria Gabriela Guillén, quien inició en la selección Sub 17, cuando su uniforme le quedaba grande; hasta hoy, que lleva su propia indumentaria personalizada.
“En ese entonces nosotras entrenábamos con uniformes súper grandes. Eran los uniformes de la selección masculina, pero tenían grabado selección femenina y ese tipo de cosas. Hoy todo ha cambiado muchísimo en la Federación con respecto al trato, en los recursos que se le da a la selección femenina. En un lapso de 13 años ha cambiado muchísimo”, explica Guillén, quien juega en el fútbol de Islandia.
Hoy el tema de uniformes es del pasado. “Hemos hecho grandes cambios para que las mujeres tengan el mismo uniforme que el de los hombres. Antes usaban camisas muy grandes, pero ya tenemos varios años donde nosotros pedimos uniforme especial para mujer; entonces la pantaloneta, la blusa, el buzo, todo es especial para ellas”, explica Echeverría.
Equipos y legionarias
Otra de las circunstancias importantes es mantener contacto con las legionarias. Jacqueline Álvarez fue la primera en salir de nuestro país, rumbo al fútbol panameño. Gracias a la prensa, su trayectoria fue seguida desde ese país. Así fue como recibió el llamado de selección para disputar el Preolímpico en 2004.
Eso ha cambiado, desde la federación el monitoreo con las nacionales en el exterior es más constante. “Siempre estamos en contacto con el cuerpo técnico para ver nuestro proceso, están pendientes de nuestros partidos e intentan vernos jugar cuando transmiten”, abunda Guillén, quien hoy es futbolista profesional en el Thór / KA de la liga islandesa, una competición considerada semiprofesional.
Dificultades fuera de las manos
A pesar de que las selecciones nacionales poseen en muchas ocasiones el mismo trato, cuando se trata del banquillo, el salario es diferente.
Aunque Ronald González se encarga exclusivamente de la dirección técnica de la selección masculina y Amelia Valverde comanda la femenina, esta es además la coordinadora del resto de divisiones femeninas.
En el tema de patrocinadores, la inclusión de la empresa privada y el mercadeo, entra en esta situación, ya que el apoyo es diferente.
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“Cuando me solicitan a alguien para alguna actividad yo siempre digo: “Amelia”, pero muchas veces me dicen: “Bueno, ¿Pero Ronald no puede?” Y yo digo no, Amelia puede y luego me dicen que ella es extraordinaria; a como hay otros que me dicen: “No, está bien, muchas gracias”, ya eso escapa de nosotros (…). Creo que falta un poquito de cultura de la sociedad para lograr equiparar eso, pero hemos mejorado muchísimo”, dice Margarita Echeverría, quien en su momento fue directora de selecciones nacionales y menciona que buscar patrocinios para el fútbol femenino es difícil.
Es por ello por lo que siempre se habla del apoyo de la empresa privada dentro del fútbol femenino. No solo para selección, sino también para equipos femeninos. Pese a que se ha avanzado en temas de viáticos, alimentación, uniformes e incluso transmisiones, que se han convertido en una gran plataforma.
Los aliados comerciales podrían hacer la diferencia en el fútbol femenino tico y mundial.