Desde muy chica Mayra amó el beisbol. Don Ricardo Saprissa era amigo de la familia y acudía a tomar café a su casa. Surgió la idea de crear una liga de beisbol y  ella acompañaba a su papá. No le dejaban jugar en el equipo, y lloró mucho por ello, pero sí les lanzaba la bola antes de los partidos, para calentar a los jugadores, lo que fortaleció su brazo derecho.

Un día, durante una clase de educación física, su profesor notó su habilidad para lanzar objetos. Así descubrió la jabalina. En sus primeros juegos intercolegiales quedó última y las lágrimas volvieron a brotar. Pero entrenó y luchó y el año siguiente ganó el campeonato, con récord incluido. Era 1961.

En 1967 ganó los campeonatos nacionales de disco, bala y jabalina. Entrenó durante seis meses en la plaza Roosevelt, desde las cuatro a las seis de la mañana para poder representar a Costa Rica en los Juegos Centroamericanos de Atletismo en Guatemala. El lechero, el panadero y el pregonero eran los únicos testigos de su esfuerzo. Pero desde el Comité Olímpico le dijeron que no había dinero para enviarla a competir. Parecía que todo el esfuerzo no iba a servir para nada. Lo pagó de su bolsillo (el billete costaba 600 colones y ella ganaba 325 al mes). Ganó y rompió el récord centroamericano de jabalina.

Ese mismo año representó a Costa Rica en los Juegos Panamericanos de Winnipeg (Canadá), siendo la única atleta centroamericana. Llevó su propia jabalina, que no le dejaron utilizar, tampoco pudo usar los zapatos que llevaba y tuvo que comprar unos tenis sin clavos a toda prisa; y el traje que le había hecho su mamá se encogió bajo un fuerte aguacero. Pese a todo, pudo competir, aunque no en las mejores condiciones.

Se retiró en 1968, aunque en 1970 para ganar dos años más tarde la plata en los centroamericanos de atletismo de Honduras de 1972 y ya entonces sí, colgar la jabalina en la pared de su casa, donde todavía está.

Su historia no termina en la pista. Fue la primera mujer en formar parte  del Comité Olímpico de Nacional, presidenta de la Federación Costarricense de Atletismo, directora general de Educación Física y Deportes y Secretaria General del Comité Ejecutivo de la Federación Costarricense de Futbol.

Su trabajo en la CCSS fue creciendo, fue la primera relacionista pública del Hospital México, asistente de prensa en Casa Presidencial y asesora de la presidencia ejecutiva de la Caja. En la actualidad, la Asociación Solidarista de Empleados de la CCSS entrega unos reconocimientos con el nombre de Mayra Soto Hernández que premian la excelencia académica, científica, deportiva y artística a los hijos de sus asociados.

Ilustraciones: Noelia Audisio. Visita su Instagram