Estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) muestra que diversidad de género en las puestos gerenciales contribuye a mejorar rendimientos empresariales.

Por: Daniel Zueras

Cuestión de ética y cuestión de cuenta de resultados. Colocar a mujeres en puestos gerenciales y directivos incrementa los beneficios de las empresas, según el informe “Las mujeres en la Gestión Empresarial: Argumentos para un cambio”, llevado a cabo por la Oficina de Actividades para los Empleadores, de la OIT.

“Los beneficios no son insignificantes: casi tres de cada cuatro empresas encuestadas que mencionaron una mejora de sus resultados señalaron un aumento de sus beneficios de entre un 5 % y un 20 %”, reza el documento elaborado por la oficina adscrita a la OIT, organismo dependiente a su vez de las Naciones Unidas, un porcentaje que en el grueso de las empresas estudiadas va del 10 al 15 %.

El estudio apunta que las empresas con una política de igualdad de oportunidades en el empleo tienen un 26% más de probabilidades de tener mejores resultados comerciales que las no cuentan con ella; y es que el 57,4 % de las empresas encuestadas alrededor de mundo coinciden en que las iniciativas sobre diversidad de género mejoran sus resultados comerciales

Las mujeres no son habituales en los consejos de administración de las empresas. Una mujer en uno de sus sillones no es suficiente para que la diversidad de género dé sus frutos, sino que “los estudios sugieren que las empresas necesitan alcanzar una masa crítica del 30 %” en esos puestos, apunta el informe, objetivo que apenas se cumple en un tercio de las compañías estudiadas.

Solo en el 14,3% de los consejos de administración hay paridad, y el 13,1 % está conformado exclusivamente por hombres.

¿Y en la cúspide? Pues el desequilibrio es grande: “el director ejecutivo de más del 78 % de las empresas participantes en la encuesta es hombre, y solo es mujer, por lo general, en el caso de pequeñas empresas”; puesto que ocupan féminas en el 26 % de las pequeñas empresas, 20 % en el caso de las medianas, y el número desciende hasta el 16 % en el de las grandes.

La investigación muestra que cuanto más alto sea el nivel del puesto en una empresa, menos probabilidades hay de que sea una mujer quien lo ocupe, un fenómeno conocido como “fuga de mujeres en el escalafón corporativo”, incide el mencionado estudio.

La concentración de mujeres en puestos directivos de nivel intermedio y superior se da en determinadas áreas: recursos humanos (51,8 % de las directivas están en RR. HH.), finanzas y administración, y marketing y ventas; mientras que los hombres predominan más en las áreas ‘duras’: operaciones, investigación y desarrollo y contabilidad, “que se consideran más estratégicas para las empresas y que, a menudo, pueden suponer un trampolín hacia puestos de mayor rango”, concluye el documento.

“Hay que destacar que la práctica de la diversidad de género va más allá de armonizar adecuadamente las políticas de recursos humanos. Consiste también en crear una cultura inclusiva y respetuosa, donde no predomine un único género y que traslade la diversidad de modos de pensar que mujeres y hombres aportan en las negociaciones. Si bien es cierto que las culturas que imperan en el lugar de trabajo están a menudo influidas por convenciones sociales más amplias, las empresas y las organizaciones de empleadores pueden desempeñar un papel decisivo en desprenderse de los prejuicios sexistas y poner en tela de juicio las tradiciones”, explica Deborah France-Massin, directora de la Oficina de Actividades para los Empleadores.

Además, el crecimiento del empleo de las mujeres está asociado al crecimiento económico mundial: la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) (2015) considera que si la brecha de género se redujese un 50 % en cuanto a la participación de las mujeres en la fuerza laboral de las economías de la OCDE, el PIB de estos países se incrementaría en un 6 %, y en un 6 % adicional si su participación llegara a igualar la de los hombres.

Los resultados provienen de encuestas realizadas en 12.940 empresas de 70 países.