La idealización de ciertas acciones puede generar apegos, dependencia, depresión, ansiedad, entre otros, según expertas.
Por: Fiorella Montoya
Felices para siempre es la historia con el final perfecto en los cuentos de hadas. Crecer con la ilusión de que existe la perfección puede generar un impacto psicológico negativo cuando en una relación se cae en cuenta de que la persona no es lo esperado, en este caso no es ni cercano al príncipe azul de los cuentos o películas.
A pesar de que existen muchos escenarios en cuanto al tema ya que sí es posible establecer una relación sana y amorosa, también hay casos en los que se fantasea con una posible relación perfecta, donde la primera infancia tiene mucho que ver.
“Para un niño o niña pequeña que está empezando a descubrir el mundo que le rodea, escuchar y ver que “existe un príncipe azul” -sea en películas, en fábulas o en su propia casa-, desde luego que va a crecer con un ideal acerca de la persona que quiere a su lado en un futuro o de cómo tenés que ser, tanto física como emocionalmente”, explicó María José Zúñiga, psicóloga.
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Esto podría desembocar en crearse una imagen no solo de la persona sino de quién es. En esos casos, podría significar una decepción el ver que la situación no es como esperaba o se considera alguien insuficiente. Esto podría tener consecuencias como frustración, daño a la autoestima y a la autopercepción y la de los demás.
Entre capas azules y tiaras
Las conductas van más allá de lo que sucede en películas y cuentos, pues explican las relaciones que una persona establece en su primera infancia (0 a 6 años) con su familia. Dependiendo de las situaciones hay patrones que se pueden repetir cuando se busca una pareja sentimental.
“Si mis vínculos primarios han sido relaciones de un apego inseguro o relaciones de codependencia, cuando yo inicio la construcción de una relación de pareja, desde lo más informal hasta lo más formal que sea, voy a replicar esos vínculos primarios de pareja porque es lo que conozco”, mencionó Gabriela Garro, psicóloga.
Esto no quiere decir que no se puede tener relaciones sanas, sino que existen una serie de factores más allá que influyen en el idealismo de la pareja perfecta: primeros vínculos o ilusiones trilladas acerca de la realidad del amor y de lo que se espera de una persona o incluso lo que se espera de uno mismo.
En ese sentido, siempre existirá una cuota de dolor, pero esta es más significativa cuando no se es consciente de la realidad.
Para recordar el amor y la amistad
Entre rosas, chocolates, bombones, cartas, el amor que se respira en el aire. El 14 de febrero es el tipo de fecha que genera más expectativa e ilusiones alrededor de una pareja sentimental ¿Qué me irá a regalar?, ¿Tendré ramo de flores? O ¿Iremos a cenar en un lugar lindo? Cuando se idealiza una fecha también pueden existir consecuencias; la más grande de ellas, la decepción.
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“Cuando se vuelve una fecha demasiado fantasiosa, poco realista y hasta materialista, pueden venir las consecuencias negativas, como las decepciones, las desilusiones, las rupturas de relaciones, peleas, pasar un mal momento, hacer sentir mal a alguien, sentimientos de culpa, entre otros (…). Todo eso es parte de un estereotipo brindado por la sociedad, por el comercialismo y el consumismo que nos ofrecen y lo que por mucho tiempo nos han vendido como ‘romanticismo’”, definió Zúñiga.
A pesar de que como personas es natural tener ciertas expectativas, depositar nuestra creencia del amor verdadero en este tipo de situaciones es irreal. Al contrario, se trata de conmemorar el afecto, los valores y un amor real y saludable.
¿Y vivieron felices por siempre?
Las decepciones “pueden ser bastante confrontativas desde la expectativa que se haya generado principalmente en el disfrute y en una construcción sana de una relación de pareja o inclusive una relación de amistad; no solamente a nivel romántico, no sólo de lo que yo espero de la otra persona, sino también desde el rol que yo asumo que tengo para poder estar con esa otra persona”, mencionó Garro.
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Existen conceptos desarrollados, impulsados por la sociedad que dentro de una relación sentimental puede dañar. Felices por siempre, hasta que la muerte les separe, el amor todo lo puede, el amor es ciego, mi alma gemela, mi media naranja, la o el uno para el otro son parte de las que Zúñiga enumera en ese sentido y que pueden llegar a tener daño psicológico cuando la felicidad se le deposita a otra persona.
“Si me preguntan a mí, qué significa “felices por siempre”, podría definirlo como “personas que quieren ser felices al máximo, la mayor cantidad de tiempo posible, sea juntos, mientras decidan estarlo, o sea cada quien por su lado”, porque la felicidad es necesaria y merecida para todas las personas sin importar si están en pareja o no”, finalizó Zúñiga.
Así que, está bien celebrar el amor y la amistad, disfrutar y reír con las personas que más se aman conscientes de la realidad. Saliendo de la gran mentira del príncipe azul y princesas y viviendo la realidad de un amor sano.