El fútbol femenino morado alza la voz frente a la violencia de género. En lo que va de 2020 se reportan 54 muertes violentas de mujeres: 10 femicidios, seis homicidios no femicidios y 38 en investigación, según el Observatorio de Violencia de Género contra las mujeres y Acceso a la Justicia del Poder Judicial.
Por: Fiorella Montoya
Natalia, Andrea, Eva, doña Tina, María Luisa… A ellas y muchas otras les apagaron la voz, pero hoy más que nunca son recordadas. Las camisas del Saprissa Femenino han llevado sus nombres y sus rostros, recordando que la lucha no se detiene y que ninguna se va a olvidar, porque el objetivo es que no falte ninguna mujer más.
Así es como el club morado ha decidido aportar a la lucha desde su trinchera. Cada fin de semana, la capitana del equipo sale con una camisa negra donde lleva el nombre y fotografía de una mujer que fue víctima de femicidio en nuestro país; además, el resto del equipo porta una camisa blanca bajo el hashtag de #NiUnaMenos.
Los casos más sonados como el de la doctora Cedeño, o el de Allison, movieron las fibras más sensibles de las jugadoras y cuerpo técnico quienes decidieron hacer algo para alzar la voz. “Estábamos hablando de eso y todas súper indignadas en el camerino, entonces después a Goku (Karol Robles, DT) se le ocurrió la idea de hacer la campaña, llevar la camisa, y un lazo todas. Nos preguntó qué nos parecía y todas dijimos que por supuesto”, comentó la jugadora Sofía Varela.
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El Deportivo Saprissa apoyó la idea y la semana siguiente ya tenían las camisas listas. El objetivo principal es visibilizar la situación que está pasando en el país, aprovechando el tener un micrófono y algún tipo de exposición que sirva para levantar la voz. Cada juego, además de llevar la camiseta, se recuerda quién era la mujer de la fotografía, para que no se olvide ninguna.
Natalia, 28 años
Observar la situación desde afuera e indignarse es diferente a vivirla. Katherine Alvarado fue la primera capitana en portar la camiseta: la de Natalia, su amiga de infancia, con la que compartió en la escuela y a la que hoy recuerda sobre todo porque pudo alzar la voz por ella.
“Yo también lo había vivido de otra manera y decía: ‘pobrecita la familia y ya’. Pero cuando pasó lo de Natalia yo estaba en Barcelona (España) y me dolió mucho, me golpeó muchísimo, porque son cosas que no te imaginas que le van a pasar a alguien cercano tuyo. Cuando sucedió, me impactó mucho, me dolió y me sigue doliendo. Ya cuando llegué aquí y pasó todo esto, decidimos hacer esta campaña y me dije: ‘Eso no puede quedar así’, mientras yo pueda, voy pelear y luchar no solo por Natalia, sino por todas las que han sufrido y ya no están”, explicó Alvarado.
Katherine fue la primera en llevar la camisa, también la han portado Carolina Venegas, Dinnia Díaz y Daniela Cruz. El estandarte es generar un cambio colectivo y cultural, y ese cambio poco a poco ha llegado.
“Ahora vemos y sabemos que de alguna forma ha hecho un impacto con este caso (de Natalia). Era uno que el OIJ (Organismo de Investigación Judicial) tenía en el olvido y una semana o dos después de que sacamos su foto, con la que iniciamos la campaña, retomaron la investigación y empezaron a hacer una reconstrucción de los hechos”, dijo la estratega Robles.
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Y es que las estadísticas son claras: al 30 de setiembre de 2020 se reportan 54 muertes violentas de mujeres, de las que diez han sido declaradas como femicidios, seis homicidios no femicidio, y 38 se encuentran a la espera de informes policiales y periciales, o de revisión según el Observatorio de Violencia de Género contra las mujeres y Acceso a la Justicia del Poder Judicial.
Visibilización
Para jugadoras y cuerpo técnico su lucha va más allá, pues hay que combatir situaciones como femicidios, “la expresión más grande de machismo”, según Karol Robles; y además concientizar desde la educación, erradicar los micromachismos y empezar a generar una cultura de cambio.
La entrenadora citó varias situaciones que deben cambiar: desde que una mujer no puede salir a hacer ejercicio en top porque sufre acoso callejero, hasta que un niño se ofenda o avergüenza en la escuela de fútbol porque una niña se lo bailó, o le anotó gol. “Se deben de atacar los problemas antes de que suceda una desgracia. (…) y poder evitar que se lleguen a desenlaces tan tristes”, explicó.
Es por eso que hoy, desde la cancha, el equipo del Saprissa levanta la voz por las que no están, las que ya no pueden hablar por ellas mismas, por las vidas que se apagaron pero esperan recordar siempre.
“Que se haga justicia, como sociedad no podemos simplemente quedarnos callados y dejar que suceda o que lo veamos como algo normal, porque no es algo normal”, dijo Katherine Alvarado.
La lucha continuará y el aporte en la misma de parte de todos es más que necesario: “No estamos solas, somos muchas las que estamos peleando; sea una niña, o una señora. Con el simple hecho de que sea mujer, ninguna de nosotras la pasará por alto, nos vamos a acordar, vamos a pelear y vamos a luchar”, finalizó Varela.