Política, escritora, periodista, activista por el voto de la mujer en Costa Rica y contra la segregación racial en Estados Unidos… La que fuera primera esposa del expresidente de Costa Rica, José Figueres Ferrer, fue un torbellino que pasó a la historia del país.
Estadounidense de nacimiento, abrazó la nacionalidad costarricense tras su matrimonio con Figueres en 1941, de quien se divorció en 1951. Se conocieron en un viaje de Boggs a Costa Rica, donde llegó a visitar a unos familiares.
Su matrimonio con un latino escandalizó a sus padres y a la conservadora sociedad sureña de Alabama, lugar del que era originaria.
Con Figueres exiliado durante dos años en México, el matrimonio tenía reuniones clandestinas y compraba armas que después enviaron a Costa Rica, usadas en la guerra civil (1948). En los 44 días que duró el conflicto, Henrietta se refugió junto a sus dos hijos en diversos ranchos de campesinos, en las frías montañas del Valle Central.
Tras la guerra ejerció como primera dama del país (1948-49). Jugó un papel activo en el derecho al voto de la mujer, aprobado por la Asamblea Constituyente, en 1949.
Después del divorcio regresó a EE UU, donde trabajó en la delegación de Costa Rica ante Naciones Unidas, en Nueva York. Ya en 1956 viajó a Alabama para apoyar a la comunidad afroamericana en su lucha contra la segregación racial en el transporte público.
En 1969 regresó de manera definitiva a Alabama, donde fundó una revista, trabajó en TV y siguió luchando a favor de los derechos civiles, de la mujer y de los trabajadores. Con 80 años fundó otra revista.
En 2016 se estrenó el documental ‘Primera dama de la revolución’, sobre Boggs. En 2021 su historia cobró vida en un musical, ‘Henrietta’.