Tener más mujeres en posiciones de liderazgo no es solamente un acto de justicia y de equilibrio entre los géneros: es también un buen negocio.
Por: Adriana Noreña*
Cada 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, una oportunidad para resaltar la labor de la mujer y compartir experiencias al mundo. En el marco de esta fecha y su relevancia para todas las mujeres de la región, quiero compartir algunos consejos y datos sobre la brecha de género y el trabajo que aún tenemos por delante.
Entender el presente para cambiar el futuro
Acorde al reporte Women in Technology 2021, realizado por PageGroup en América Latina, el 30% de las posiciones de liderazgo en la región están ocupadas por mujeres. Y según el Informe Global de la Brecha de Género 2020 del Foro Económico Mundial, si el mundo mantiene su ritmo actual, se demorará 99,5 años más en lograr la equidad entre hombres y mujeres. En Latinoamérica y el Caribe, ese lapso se reduce a 56 años, un 43% menos que la media.
Tener más mujeres en posiciones de liderazgo, en definitiva, no es solamente un acto de justicia y de equilibrio entre los géneros: es también un buen negocio. Está demostrado que las empresas se benefician enormemente al aumentar las oportunidades en cargos de liderazgo para las mujeres y se aumenta la eficacia organizacional. Según McKinsey, en su reporte Women Matter 2016 Reinventing the workplace to unlock the potential of gender diversity, cuando hay más mujeres líderes, se toman mejores decisiones, se mejora la performance y aumenta la salud de una organización. Se estima que las compañías donde tres o más mujeres ejercen funciones ejecutivas superiores registran un desempeño más alto en todos los aspectos de la eficacia organizacional, entre muchos otros beneficios sociales y económicos.
Es por eso que la presencia de mujeres líderes ofrece múltiples ventajas que no pueden ser ignoradas. En cualquier ámbito de la vida se tienen que aplicar políticas de igualdad que aseguren el talento femenino. En esta dirección apunta el informe de la Organización Internacional del Trabajo, donde se demuestra el efecto positivo de incorporar mujeres en los puestos de mando de diferentes organizaciones.
Sobre liderazgo femenino
Desde antes de la pandemia, encuentro que existen tres aspectos que las mujeres deberían tener presente en cualquier acción que ejecuten, es una fórmula que denomino PCR:
- Primero, poner toda su pasión, dedicación y compromiso con aquello que emprendan, no importa lo que sea.
- Segundo, hacerlo con coraje. Si las mujeres quieren ocupar un espacio, liderar e inspirar a otros y a otras, necesitan inevitablemente tener una cuota de coraje: atreverse a ocupar nuevos espacios, a deconstruir estereotipos y a llevarse por delante los muchos “no puedes” que sin dudas van a aparecer por el camino.
- Y en tercer lugar, saber que ningún liderazgo y ninguna actividad emprendedora está exenta de riesgos. Los riesgos forman parte de la vida y definitivamente, también de los negocios. No se trata de asumir riesgos desmesurados, pero sí de entender que, si se quiere salir de una zona de comodidad, seguramente deberán abrazar una cuota de riesgos y prepararse de la mejor manera, con capacitación, con educación y buscando apoyos para no sucumbir ante ellos.
En Google se dice que cuando las mujeres progresan es toda la sociedad la que progresa. Si los liderazgos recaen masivamente sobre uno de los géneros solamente, el mundo pierde un aporte muy importante. Es por eso que, aconsejo a las mujeres a seguir sus sueños, poner pasión en lo que hagan, no importa lo que sea, tener coraje y abrazar el riesgo sin escapar de él.
*Vicepresidenta de Google para Hispanoamérica