Alicia Rojas nació en Alajuela. La profesión de su papá, veterinario, hizo que creciera en un entorno rodeada de animales, por lo que siempre quiso conocer más sobre la vida de estos. Con apenas nueve años, consiguió ahorrar para comprar un microscopio. También era una apasionada del piano
En la escuela era una gran estudiante y le ponían a ayudar a otros compañeros. Era muy curiosa y eso la impulsaba a preguntar mucho, a estudiar, a aprender, a investigar, desde muy chiquita.
Cuando llegó la hora de escoger una carrera, tuvo que decidir entre estudiar piano, arquitectura o microbiología. Finalmente se decantó por esta última, ya que le atraía la biología y entender cómo funcionan las cosas de manera sencilla. En la UCR le enseñaron a pensar más y a resolver problemas.
Tras terminar la U, se fue a estudiar el doctorado a Israel -donde pasó seis años y medio-, a la Universidad Hebrea, y de ahí al Instituto Weizmann de Ciencias. Allí descubrió un parásito en gusanos que afecta a los perros, el Spirocerca vulpis (todo un hito a nivel mundial), e investigó a fondo sobre el Spirocerca lupi, que puede llegar a convertirse en cáncer en los cánidos (incluye a perros, lobos, chacales, etcétera).
Gracias a estas investigaciones, desde 2020 ha venido acumulando premios, ya instalada de vuelta en Costa Rica, trabajando en la UCR. En 2020 recibió el Odine Bail Memorial; en 2022 el CRPVBD al científico de carrera temprana (ambos para quienes destacan en el estudio de parásitos) y en 2023, la Red Interamericana de Academias de Ciencias (IANA) le concedió el Anneke Levelt-Senger, un premio reservado a mujeres científicas altamente sobresalientes.
¿Cómo fue tu infancia?
¿Cómo recuerdas esa época?
Pues, en la época de la infancia, recuerdo que además de mi pasión por la música y el piano, me encantaban los programas sobre animales, biología y salud en canales como Discovery Kids. Siempre quería tener más información y saber más sobre animales y cómo funcionaban. Recuerdo haber ahorrado para comprar un microscopio cuando tenía unos nueve años, y lo llevaba a todas partes para observar cosas en detalle. Además, me gustaba hacer experimentos y tenía un juego de química. En cuanto a mi educación, estudié en una escuela cristiana hasta cuarto grado y luego en otra escuela en quinto y sexto grado. Durante la adolescencia, enfrenté algunos desafíos al ser una estudiante destacada, lo que no siempre era visto como «cool» por mis compañeros. No sufrí acoso escolar, pero a veces me molestaban y tenía pocos amigos.
Después de terminar la licenciatura en la UCR, realicé una tesis sobre los antivenenos en el Instituto Clodomiro Picado, que son tratamientos para mordeduras de serpientes. Me gustaba mucho esta área, pero luego se presentó la oportunidad de trabajar en la facultad de Microbiología en el campo de la investigación.
Entonces se dio la oportunidad también de ir a hacer el doctorado en Israel, y en Israel, estudié un parásito que se llama *Spirocerca lupi* y que produce cáncer en los perros. Ahí fue donde me fui en 2014 para Israel, y estuve seis años y medio en total, haciendo el doctorado y luego el postdoctorado. El doctorado lo había hecho en la Universidad Hebrea de Jerusalén.
Ese tiempo en Israel fue una experiencia muy enriquecedora desde el punto de vista personal y profesional. Además, nació mi hijo. Fue un tiempo retador, sin el apoyo de la familia de uno. Me ayudó también como persona.
Ya en 2020, volví a Costa Rica para continuar con el trabajo aquí en la Universidad de Costa Rica.
Comentabas sobre la bacteria con la que has estado investigando durante tantos años y que además ha servido para que tengas un amplio reconocimiento internacional. Has recibido distintos premios por ello. ¿Cuál fue la principal motivación para estudiar la Spirocerca lupi*?
La principal motivación por la cual decidí estudiar *Spirocerca lupi* (es un parásito, un gusano) fue porque produce una patología muy severa en perros; pero además es muy abundante en Israel, es un parásito endémico y no se sabe mucho sobre él en todo el mundo.
Se puede medir el grado en el que se sabe sobre un tema al ver la cantidad de publicaciones que hay al respecto. De *Spirocerca lupi* no se sabía mucho.
A partir de 2014, cuando comencé el doctorado, pudimos hacer bastantes estudios sobre su biología, sobre maneras de detectarlo en los perros, y la manera en que se relaciona con el hospedero, que serían los perros. Una vez que regresé a Costa Rica lo buscamos acá y encontramos que, al igual que en Israel, ocurre con bastante frecuencia.
Pero en estos países en vías de desarrollo no son tan diagnosticados como en otros lugares donde sí tienen los medios para hacerlo. Entonces, *Spirocerca lupi* es un parásito que está en todo el mundo, realmente en regiones tropicales y subtropicales, y afecta a perros.
Pero también hemos visto que en Costa Rica afecta a coyotes y a otros tipos de cánidos silvestres de América o de Europa.
Es muy interesante, porque los perros se infectan al comer heces de otro perro que traen escarabajos infectados y ahí desarrollan su ciclo de vida. Estos escarabajos, una vez que son comidos por el perro, liberan larvas, unos gusanitos pequeños, que atraviesan el estómago y luego hacen un camino dentro del cuerpo hasta llegar al esófago, donde eventualmente van a desarrollarse más y van a producir una enfermedad muy severa en el perro que lleva a que vomite mucho, por lo que el animal llega a perder mucho peso.
Además, si la infección no se trata durante mucho tiempo, puede desarrollarse en cáncer. Eso es algo muy particular, porque los parásitos por lo general no producen procesos malignos. Spirocerca lupi es el único de este tipo que produce cáncer. Hemos visto en Costa Rica que uno de cada tres perros que está infectado con Spirocerca lupi eventualmente muere, ya sea porque las lesiones le impiden continuar viviendo o porque son eutanasiados debido a que su calidad de vida no es la que debería.
¿Habéis conseguido ampliar la esperanza de vida de estos animales cuando se descubre lo que tienen?
Eso es lo que se espera. No curarlos, pero sí prevenir que lleguen hasta ese punto. Los perros infectados y que permanecen mucho tiempo con la infección, pllegan a desarrollar cáncer y pueden morir. El propósito es evitar que los animales lleguen hasta ese punto y poder diagnosticarles la infección en el momento en que aún puede tratarse con desparasitantes.
Entonces, nosotros estamos trabajando en estos métodos de diagnóstico que sean más sensibles, es decir, que puedan detectar la infección en etapas muy tempranas y que también sean específicos.
¿Cómo te sientes al ser un referente en tu campo a una edad tan temprana?
Hablando de hombres y mujeres, ¿consideras que existen todavía barreras en el campo científico para el desarrollo de las mujeres? Sobre todo, desde la formación, ¿no? Si hay unos sesgos implícitos en las familias, en las escuelas, que suelen empujar a las chicas hacia otros caminos, o es algo que ves superado.
La inspiración es crucial para que la ciencia avance, que haya ejemplos como el tuyo. ¿Cómo piensas que estás contribuyendo a la educación científica y al estímulo de la generación de científicos en Costa Rica?
En marzo, mes de la mujer en la ciencia, me invitaron a dar charlas en colegios. Yo creo que para los estudiantes que están aún en estas edades, resulta quizás no inspirador (inspirador ya sería darle demasiado crédito a uno), pero resulta emocionante ver a alguien joven y que le guste mucho lo que hace. Yo creo que no sé, quizás yo reflejo eso, que me gusta mucho lo que hago y muestro pasión a la hora de hacerlo. Entonces, quizás sea eso, como el verlo a uno joven y contento. No como a otro tipo de personas, agobiadas por su trabajo y que puede que lo disfruten y todo, pero que quizás esos sean lo que vean como positivo.
¿Cuáles han sido los principales desafíos que has tenido y cómo los has podido superar?
Uno de los desafíos más importantes, pero que igualmente uno no debe dejar que lo detengan, es el financiamiento de las investigaciones en nuestro país. Si uno compara la cantidad de dinero que se otorga por proyecto en otros países comparados con el nuestro, pues realmente estamos en desventaja.
Sin embargo, eso no lo debe detener a uno y más bien debe crear resiliencia en saber qué hacer y cómo hacerlo con los recursos que están disponibles. Si uno se pone esos anteojos, es más sencillo ver que realmente sí hay recursos humanos, equipo de infraestructura y técnicos que están disponibles. Creo que eso le genera a uno un sentido de creatividad, de saber cómo aprovechar los recursos al máximo.
Esa limitante de recursos que existen generan también a uno la necesidad de colaborar, porque todos estamos en el mismo barco. Entonces, la creatividad, la colaboración y también quitarse el orgullo de que son proyectos en conjunto ayudan a uno a superar esos obstáculos que realmente podrían truncar la carrera a alguien o frustrarnos. Con resiliencia y con determinación, se pueden sacar las preguntas que uno tenga en mente, con la colaboración precisamente como clave.
La ciencia implica a menudo experimentación y fracaso, ¿tienes alguna experiencia en la que un revés te haya enseñado una lección valiosa en tu carrera?
¿Cuáles son tus proyectos de investigación futuros o tus metas a largo plazo en el ámbito científico?
En este momento, estamos trabajando en un abordaje más integral sobre las infecciones que involucran tanto a animales como a seres humanos y ambientes. A este tipo de abordaje se le llama «One Health» o «Una Sola Salud», debido a que, en la carrera de Microbiología en la Universidad de Costa Rica, está enfocada principalmente en infecciones de seres humanos, como diagnosticarlas, cómo tratarlas y cómo estos patógenos de seres humanos afectan a los seres humanos. Pero luego, en el doctorado, me fui más hacia el otro lado.
Y ahora, estamos en el laboratorio abordando estas infecciones que pueden ser transmitidas de animales a seres humanos debido a que los hábitos de estos animales se han visto afectados, ha habido fragmentación de bosques y pérdida de estos ambientes ecológicos. La transmisión de agentes que antes pertenecían únicamente a animales restringidos en sus hábitats y que ahora están entrando en contacto. Entonces, a corto y mediano plazo, estamos trabajando en detectar este tipo de infecciones, investigar cómo afectan a los seres humanos, cómo podemos intervenir para evitar la exposición a estos agentes y generar un impacto a nivel de políticas que preserven a estos animales que están siendo afectados.
¿Qué consejo le darías a niñas y jóvenes que aspiran a ser científicas?