Anita Figueredo nació en Alajuela en 1916 pero, con apenas cinco años, su mamá (Sara Villegas) se la llevó a Estados Unidos, buscando abrir un futuro para una niña que quería ser doctora.
Así, embarcaron rumbo a Nueva York junto a Ángela Acuña Braun (tía de Anita), que iba a cursar estudios en esa ciudad. Allí adoptó la nacionalidad estadounidense, pero siempre tuvo un especial cariño por su lugar de origen.
Sara, de familia acomodada en Costa Rica, se puso a trabajar en Nueva York en lo que podía (y alquilaba la única cama de su pequeño apartamento a internos, mientras ella trabajaba en la cocina, tejiendo), para crear el mejor futuro posible para Anita.
Vivían en Harlem, donde consiguió una beca completa en una escuela católica, siendo la primera de su clase. De ahí, pasó al Long Island Medical College, siendo una de las cuatro mujeres admitidas en 1936.
Anita se convirtió en la primera médica costarricense y primera tica especializada en cirugía de cáncer. Durante la II Guerra Mundial fue una de las dos primeras mujeres residentes de cirugía en el Memorial Hospital for Cancer en Nueva York, ya que muchos estudiantes de medicina masculinos se encontraban sirviendo en el ejército de EE UU.
En 1947 se trasladó a California, donde pasó el resto de su vida, siendo la primera cirujana de San Diego -donde se convirtió en una persona muy querida- y una de las primeras doctoras de ese país especializadas en tratamiento de cáncer. Operaba alzada en un taburete, debido a su estatura (150 cm).
Anita, que tuvo nueve hijos, era profundamente católica y se hizo muy amiga de la Madre Teresa de Calcuta, con quien trabajaba codo con codo en sus viajes fuera de EE UU. Años antes, en 1954 recibió una medalla papal de manos de Pío XII, por su trabajo con la Iglesia, los necesitados y la Sociedad Estadounidense del Cáncer
De niña supo qué era la pobreza, por lo que después trató de ayudar a los más necesitados, cofundando Friends of the Poor (Amigos de los Pobres) una organización benéfica para llevar alimentos, ropa y atención médica a lugares desatendidos, primero en su entorno inmediato, pero llegó a estar en tres continentes.