Una joven afroindígena nicaragüense se ha convertido en una rutilante estrella del firmamento espacial centroamericano. Recibió el premio The Pioneer Award otorgado por Space Generation Advisory Council (SGAC por sus siglas en inglés) y participó en un simposio de la NASA.

Por: Miriet Ábrego

Roxy Williams es la interesante joven afroindígena nicaragüense que siempre disfrutó de bailar y que de niña quería ser presidenta. Pero ahora su voluntad le pertenece al espacio y a las infinitas posibilidades que este le ofrece. 

Estudiante becada de 21 años de Ingeniería en Software de la Universidad Latinoamericana de Ciencias y Tecnología (Ulacit), se ha vuelto en una estrella no fugaz para la industria aeroespacial de la región latinoamericana, sector donde ha desarrollado y liderando varios proyectos. Recientemente ha sido galardonada por sus aportes en la expansión de la industria en la región.

La universitaria normalmente participa en asuntos de dimensiones poco convencionales: crear un programa de entrenamiento astronáutico virtual, analizar y tratar de encontrar lugares con posibilidad de desarrollo para la construcción de una base a un cráter de marte… O el diseño de un hospital lunar que pudiera abarcar alrededor de 1.000 personas en un futuro y que estuviera esté preparado para algún tipo de accidente.

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Williams forma parte de la organización internacional Space Generation Advisory Council (SGAC por sus siglas en inglés, el Consejo Asesor de Generación Espacial), organización que junto a las Naciones Unidas sobre Aplicaciones Espaciales conforman una red global para representar a estudiantes universitarios y jóvenes interesados en el ámbito espacial. 

Roxy Williams junto a su hermano Randy en un grupo de trabajo en el 1st Central American Space Generation.

También es la actual presidenta de  Society of Woman In Space Exploration (SWISE Costa Rica, la Sociedad de Mujeres en la Exploración Espacial). Y es punto de contacto de la organización SGAC para Nicaragua y Costa Rica, donde además es coordinadora general del curso abierto de Introducción a la Ingeniería Espacial.

Orgullosa de sus raíces

“Soy afroindígena. Claro que es mucho más complicado decir que soñaba ser parte del sector espacial. Aun así, aquí estoy involucrada. Me encanta siempre decir y representar a la comunidad afroindígena y también a las mujeres en el sector aeroespacial. Para mí es muy importante alzar la voz”.

Y agrega: “Creo que hay dificultades para las mujeres, pero no debemos dejar que esos obstáculos nos detengan nunca”.

Para nadie es un secreto la desfavorable situación de la mujer en tanto a oportunidades y mecanismos efectivos para que se integren no solo al mercado laboral profesional, específicamente en el área de ciencias y tecnologías. Según la UNESCO, apenas el 29,3 % de investigadoras en el mundo son mujeres y tan solo el 3% de premios Nobel en ciencias han sido otorgados a mujeres.

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El camino de Roxy inició en la costa caribe de Nicaragua, en Puerto Cabezas. Tuvo que desplazarse a la capital, Managua, debido a la falta de oportunidades en el territorio. “Esa es la opción que uno tiene para poder salir adelante y tener una profesión. Es difícil tener estudios en este tipo de pueblos, entonces hay que salir. Como cualquier mujer, es complicado tratar de tener una educación, más aún en el sector de ingenierías”.

Roxy salió de Puerto Cabezas a los 9 años, edad a la que aprendió a hablar en español (antes solo hablaba Miskito).

Al llegar únicamente hablaba su dialecto: el Miskito. “Empecé a aprender a hablar español como a los 9 años, cuando llegué a Managua. Cuando estaba aprendiendo español tuve mucha discriminación, la gente se burlaba de mi acento, eso fue muy difícil y sí me marcó. Pero me dije que no iba a dejar que una persona me limitara porque yo no supiera hablar un idioma. Y bueno, ahora hablo mi dialecto más español, inglés y también alemán”.

Reto espacial

Con 15 años participó junto a una amiga en una competencia llamada Space Challenge, de la NASA. Sin saber cómo resolver problemas mediante la tecnología espacial (ni nada semejante), lo intentaron. Encaminó su futuro (su presente ya) gracias a la plática de la adolescente con una persona de la industria, quien sugirió que “en vez de ser una reconocida diplomática, por qué mejor no ser una reconocida astronauta”.

“Siempre me había sentido atraída hacia el Universo y ese mensaje me conectó nuevamente a ese interés. El año siguiente, 2016, apliqué para participar en el campamento espacial de la Universidad de Costa Rica (UCR). Ahí tuve la oportunidad de construir con mis propias manos un cohete de combustible sólido, conocer a la ingeniera Sandra Cauffman -quien es actualmente alguien muy importante en mi vida- y otras personas que también estuvieron en el campamento y que me inspiraron muchísimo”. 

Roxy y su familia se vieron forzados a dejar Nicaragua en 2018 bajo la presión del régimen. “Con la situación política, ser un joven educado en Nicaragua es un crimen. Es difícil decir que existen las oportunidades necesarias. Por eso yo, desde Costa Rica, trato de crear esas oportunidades de educación para que los jóvenes como los de mi país lo aprovechen y puedan conocer el sector espacial y averiguar si les gusta”.

The Pioneer Award es el premio que otorga la organización SGAC como reconocimiento para aquellos jóvenes del sector espacial que van más allá de su trabajo. Roxy fue reconocida con este el pasado agosto, en este mismo mes participó de un simposio de la NASA donde se reunieron los diferentes sectores de la comunidad espacial. En dicho evento trabajó con un grupo en el cual se discutió y se dieron aportes sobre una misión a Marte con el objetivo de traer muestras y de cómo realizar investigación a partir de ellas. 

En otros aspectos Williams resaltó “que la representación siempre es de suma importancia. Que nosotras nos sintamos identificadas en carreras STEM, no se trata de presionar diciendo: “motivemos a más chicas”, no es que queremos presionar a las chicas a que tengan que estudiar ingeniería o algo así, pero sí que puedan tener esa conexión con la industria y decidir si les gusta o no y encontrar su pasión”.

Como coordinadora general del curso abierto de Introducción a la Ingeniería Aeroespacial “de los mayores proyectos que tenemos en SGAC ha sido poder expandir el curso a Panamá, Costa Rica, El Salvador y Nicaragua, con planes de seguir crecer en toda Latinoamérica. Muchísimas personas se han registrado, la organización me ha dicho que el trabajo ha causado un gran impacto y por eso me han dado el premio. Además de eso, son los colegas alrededor del mundo los que nos nominan, ellos dan sus razones de porqué se debería ganar el premio”.

Desarrollo de las mujeres en base a redes

Un aspecto importante para el desarrollo de las mujeres en cuestiones como la creación de proyectos, educación o vida laboral está íntimamente correlacionado a las redes de apoyo, personas claves que acompañan el proceso de aprendizaje y promueven el crecimiento. “Es de suma importancia poder identificar una mentora. En mi caso, yo encontré una mentora que siempre estuvo ahí, ayudándome a construir ese camino y poder ir identificando personas claves en mi vida para seguir creciendo. Mi mentora, Carla Blanco, es una persona increíble siempre escuchándome y tratando de darme los mejores consejos”. 

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Williams también viajará a Dubái en octubre para asistir a dos importantes congresos donde se discutirán temas del espacio: ‘The Space Generation Congress’, donde además recibirá el reconocimiento ‘The Pioneer Award’. Además, participará en el ‘International Astronautical Congress’ y actualmente está coordinando paneles de mujeres en exploración espacial desde SWISE Costa Rica.

El desarrollo de las mujeres en el entorno de la Ciencia debe darse en base a redes y mentorías.

Por otro lado comentó que “hay mucha población que tal vez no vean como de suma importancia a la comunidad afrodescendiente o a la cultura y las tradiciones. Yo he tenido la oportunidad de poder contribuir desde mi lugar, por ejemplo desde el centro espacial, dando mi perspectiva con las problemáticas que yo he vivido. Para que un grupo de trabajo funcione bien es importante que exista diversidad en el equipo, que existan diferentes personas con diferentes experiencias, para que así se pueda dar una solución diferente innovadora y a la misma vez creativa”.

“Para finalizar quiero dejar esto. Primero, lo que dijo Sandra Cauffman a la que respeto y admiro muchísimo: que la pobreza no es una excusa siempre, dice ella, para tener éxito. Lo segundo es una frase del doctor Franklin Chang: que nadie iría a ningún lado sin ningún empujón; y la tercera: grita tan, pero tan alto para que todo el mundo te escuche y el espacio brille para ti. Eso es a lo que me refería con que los sueños se logran con mucho esfuerzo y dedicación, y esta frase si es de mi autoría. La digo yo, es como un mantra que he creado para decirme a mí misma y cada vez que puedo también la comparto”. Finalizó Roxy. 

Por más mujeres y latinoamericanos en el sector espacial

Según datos de HIPATIA, entre 2014 y 2019 tan solo una tercera parte del total de los graduados de Tecnología, Ingeniería y Ciencia (TIC) en Costa Rica fueron mujeres. La falta de estrategias funcionales para que las mujeres puedan acceder a educación y empleo no han mejoran de manera significativa, a esto se suma que las pocas que logran insertarse en la vida laboral profesional no tienen la misma dinámica de vida que sus compañeros hombres quienes son los que acceden a mejores puestos y remuneraciones.

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“El área espacial va a tener un rol fundamental en unir a la humanidad como un todo y esto se va a dar de manera inmediata en este mismo siglo. Vamos a llegar a la Luna para habitarla de manera permanente, esto va a cambiar fundamentalmente el imaginario colectivo de la humanidad. Si como comunidad no podemos utilizar la capacidad de las mujeres estamos perdiendo 50% de nuestras capacidades, lo cual es eminentemente estúpido”, explicó Adolfo Chaves, profesor de la escuela de ingeniería y electrónica del Tecnológico de Costa Rica (TEC), quien se especializó en Ingeniería en Sistemas Espaciales y será el segundo costarricense a bordo de una misión espacial, tras Franklin Chang. Además, es coordinador del Laboratorio de Sistemas Espaciales (Setec-Lab) del TEC y miembro de la junta directiva de la agencia espacial costarricense. 

Chaves compartió que “ver a don Franklin ir al espacio para mí fue fundamental porque un montón de niñas y niños quisieron estudiar ciencias y tecnologías inspirados por esto” y prosiguió: “Creo hace falta que nosotros nos conozcamos más, que sepamos lo que podemos ser capaces de hacer”. 

“Hay más de 600 millones de personas en Latinoamérica. Si usted quería ser astronauta, no existía un camino. Habíamos asumido que no podríamos cumplir nuestros sueños como latinoamericanos”. Cambiar esto es lo que busca la primera misión espacial integrada únicamente por latinoamericanos llamada Programa LATCOSMOS, que busca formar a sus propios cosmonautas y conquistar el talento que la región necesita para su desarrollo. 

Por otra parte, existe una preocupación constante sobre el tema de la educación, la herramienta más capaz de brindar avances significativos en el desarrollo de la industria aeroespacial en la región.

Chaves expresó que “existe mucha hambre por conocimiento, por curiosidad. Las niñas y los niños quieren saber cosas y nosotros les respondemos mal, no lo hacemos como tenemos que hacerlo y vamos limándoles esas ganas de hacer cosas y los vamos encuadrando. El problema de la educación es que le enseña a la gente a seguir metodología no a crear métodos que es diferente”.