Los reglamentos internos, códigos de conducta o los instrumentos de autorregulación deben reflejar compromiso con la prevención de todas las situaciones que pudieran atentar o vulnerar a las mujeres dentro de la empresa.

por: Elena Galante Marcos*

El compliance (o cumplimiento normativo) es el conjunto de normas que las empresas establecen, tanto en su ámbito interno como externo, con el objetivo de mejorar su forma de actuar conforme a la ley de los países en los que tienen operación y las pautas éticas que se autodefinen para guiar las decisiones y acciones internas.

La literatura remonta el origen del compliance a los años 70 y 80 en Estados Unidos, a raíz de los escándalos financieros que ocasionaron la ruina personal y económica de muchas personas de a pie y altos ejecutivos de empresas. La experiencia hizo evidente la necesidad de definir e implementar leyes y conductas obligatorias, vinculadas a la ética en los negocios, para evitar conflictos similares en el futuro.

Lea también: Alemania acorta brecha de género en empresas

Actualmente, el cumplimiento normativo ha evolucionado y la regulación se ha extendido a otros ámbitos como son la protección de datos y los temas relativos a la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.

Al respecto encontramos ejemplos normativos de diferente naturaleza y objetivo. 

Por un lado, las leyes y regulaciones para las empresas emitidas por gobiernos, las cuales son recogidas por los oficiales de cumplimiento para integrarlas en la empresa. Dos ejemplos de ello son el Real Decreto-ley 6/2019  de medidas urgentes para garantía de la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres en el empleo y la ocupación (caso español) o la Ley costarricense Contra el hostigamiento sexual en el empleo y la docencia

Siguiendo esta tendencia y escuchando las necesidades de la sociedad, las propias empresas también están incorporando estrategias enfocadas a la igualdad de oportunidades laborales entre hombres y mujeres. Muchos casos de éxito, en los que la igualdad se ha convertido en parte del ADN de la empresa, tienen algo en común: la empresa ha incorporado en sus políticas y procedimientos internos su compromiso con la igualdad. 

Lea también: Ellas no ganan lo mismo

Los reglamentos internos, códigos de conducta, o los instrumentos de autorregulación, deben reflejar compromiso con la prevención de todas las situaciones que pudieran atentar o vulnerar a las mujeres dentro de la empresa. A continuación, cito algunas acciones concretas que desde el compliance están aplicando empresas líderes a favor de la integración y el enfoque de igualdad en todos los procesos corporativos:

Para favorecer la contratación y formación de personal femenino

  • Incorporar en la política de contratación el lenguaje inclusivo, para que los procesos de selección atraigan a todo tipo de candidatos aptos para el puesto sin importar el género. Marta Salas, investigadora en el laboratorio de BBVA Next Technologies, en su charla ‘Hackeando el lenguaje para que sea inclusivo’, define el término de lenguaje inclusivo como “el uso igualitario de las palabras, que de forma consciente pretende fomentar una imagen equitativa y no estereotipada de las personas a las que se dirige o se refiere”. 
  • Incluir en la política de compras responsable la priorización de contratación de empresas lideradas por mujeres o con un alto compromiso por la igualdad de oportunidades. 
  • Incluir en la política de donaciones, patrocinios o mecenazgos, la priorización de apoyo a programas de educación en general dirigidos a mujeres, en especial programas de educación STEM.

Para promover la igualdad del trato

  • Desarrollar protocolos especiales para lograr transparencia en las remuneraciones a fin de respetar la equidad salarial, regular los ascensos y generar una cultura de respeto y promoción del trabajo femenino.
  • Incluir en las políticas de comunicación, publicidad y marketing, mecanismos que eviten la utilización de estereotipos y sesgos de género, y procedimientos para comprobar su cumplimiento antes de su publicación.
  • Dentro de las políticas de conciliación incluir la posibilidad de disfrutar de bajas o beneficios adicionales por maternidad o paternidad

Contra el acoso sexual

  • Desarrollar y hacer pública una política empresarial que condene explícitamente el acoso sexual en el lugar de trabajo.
  • Incorporar en el código ético aspectos relacionados con el acoso sexual y sus consecuencias. También puede contar con un Protocolo para la prevención y erradicación del acoso, alineado con los principios recogidos en el código ético, aplicable a todas las personas de la compañía, como el que tiene el Grupo FCC.
  • Para reforzar la información a empleados y contribuir al cumplimiento del código ético, la empresa puede tener un Código específico de buenas prácticas para la prevención del acoso sexual, acoso por razón de sexo y acoso en el trabajo, que sirva como una orientación práctica a todos los empleados de la Compañía, sobre la protección de la dignidad de la mujer (y del hombre) en el trabajo, garantizando que existen de los procedimientos más adecuados para prevenir que surjan este tipo de problemas. Tal es el caso de la empresa consultora Ernst & Young.

Y en general, para sensibilizar y facilitar el cumplimiento de los puntos anteriores y crecer internamente en la cultura de la igualdad de oportunidades y de trato a todas las personas trabajadoras: ofrecer a ejecutivos y el resto de empleados, como parte del desarrollo de los programas de compliance, formación continua (y obligatoria) sobre estos temas. 

Lea también: Estrategias contras los techos de cristal

Los programas de compliance son herramientas que debemos aprovechar al máximo, ya que permiten la permeabilidad de los programas en toda la empresa, su supervisión y control. Permiten prevenir riesgos y el incremento de la sensibilidad social respecto de la ética de los negocios, ha fomentado que la sostenibilidad se convierta en una parte del cumplimiento normativo. 

Cada vez un mayor número de organizaciones públicas y privadas internalizan estándares éticos y legales como protocolos de buen gobierno de obligado cumplimiento, aplicables a la empresa, sus empleados y sus proveedores. Y la integración del compromiso con la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en las herramientas de gestión y control de la empresa, facilitará su implementación y cumplimiento.

*Asesora en Sostenibilidad y gestión de la Responsabilidad Corporativa