Tres científicas lideran los principales proyectos de vacuna contra el covid-19.
Por: Daniel Zueras
El mundo sigue postrado ante un virus. La pandemia está agotando la salud, la paciencia, y la economía de prácticamente todos los países del globo.
Los recursos que se están dedicando a encontrar una vacuna contra el covid-19 son inmensos. Y los tres principales proyectos están liderados por tres mujeres, por tres científicas.
La china Chen Wei es tal vez la más mediática. Es epidemióloga y general del ejército chino, y está trabajando con la farmaceútica CanSino en el desarrollo de la vacuna, al que se han sumado otras empresas de la industria: SinoPharm o Sinovac, están probando sus productos fuera de las fronteras del gigante asiático.
Allá por 2003, durante la epidemia del SARS, un desarrollo suyo salvó miles de vidas entre los militares, un gel aerosol que impidió que las personas contrajeran la enfermedad. Eso le valió ser la máxima responsable de la lucha de China contra los virus, hasta la fecha. Desde 2014 se le conoce como la ‘Terminator del Ébola’, al obtener una vacuna que paliaba esta enfermedad.
La británica Sarah Gilbert, bióloga y bioquímica, es candidata a los premios nobel desde hace años, por ser la autora de la vacuna universal de la gripe (que no requiere ser alterada cada año porque estimula el sistema inmunológico contra la gripe estacional).
Gilbert dirige la investigación de la vacuna contra el coronavirus de la Universidad de Oxford, junto con la farmaceútica británico-sueca AstraZeneca. El desarrollo de una vacuna suele llevar un tiempo de unos cinco años y su equipo, integrado por 300 personas, ha avanzado casi todo el camino en cuatro meses,
La estadounidense Kizzmekia Corbett es la más joven del triunvirato de científicas, con apenas 34 años es la responsable del equipo científico del Gobierno de Estados Unidos que dirige la búsqueda de la vacuna para el covid-19 con la farmacéutica Moderna.
Corbett comenzó su carrera científica estudiando las consecuencias del dengue sobre la infancia en Sri Lanka.
Conocida en Twitter como la ‘doctora Kizzy’ se ha convertido en el modelo a seguir para las jóvenes afroamericanas, a quienes trata de inspirar.