La COVID-19 hace que una cuarta parte de las mujeres estadounidenses planee abandonar sus empleos, o cambiar su carrera laboral, debido al agotamiento, y por el cuido de la familia.
Por: Ticas Poderosas
La cifra es grande. El estudio ‘Mujeres en el lugar de trabajo 2020’ de McKinsey & Company, que examina el comportamiento del empleo femenino en Estados Unidos, advierte de la potencial pérdida de US$180.000 millones para las mujeres, en caso de que se cumplan las previsiones de salida de 2 millones de mujeres profesionales de la fuerza laboral.
La línea entre trabajo y hogar ahora es poco menos que inexistente (el 93% de las compañías realiza más tareas en remoto), y están preocupadas por la salud y por sus finanzas.
El 52 % de las mujeres en niveles superiores entrevistadas han expresado que se encuentran “constantemente agotadas” desde el inicio de la crisis de la COVID-19. Una de cada cuatro mujeres en posiciones gerenciales ha pensado en abandonar sus empleos, o reducir el ritmo a raíz del agotamiento que les ha generado la situación por la pandemia, frente a uno de cada seis hombres.
En Costa Rica, la última encuesta de empleo del INEC muestra que el desempleo femenino es muy superior al masculino: 29,1 %, frente al 19,3 %, para un global nacional del 23,2 %, en el trimestre de junio a agosto de 2020.
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“Las mujeres, especialmente las de color, tienen más probabilidades de haber sido despedidas durante la crisis del COVID-19 estancando sus carreras y poniendo en peligro su seguridad financiera. La pandemia ha intensificado los desafíos que ya enfrentaban las mujeres. Las madres trabajadoras siempre han trabajado un “doble turno”: un día completo de trabajo, seguido de horas dedicadas al cuidado de los niños y al trabajo doméstico”, incide el estudio.
Ahora, los apoyos que hicieron esto posible, incluida la escuela y el cuidado de niños, se han invertido. Mientras tanto, las mujeres negras ya enfrentaban más barreras para avanzar que la mayoría de los demás empleados. Además, hoy también están lidiando con el impacto desproporcionado del COVID-19 en la comunidad negra. Y el costo emocional de los repetidos casos de violencia racial recae sobre sus hombros.
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“Como resultado de esta dinámica, más de una de cada cuatro mujeres está contemplando lo que muchas hubieran considerado impensable hace apenas seis meses: reducir sus carreras o dejar la fuerza laboral por completo”, continúa el texto de la empresa consultora. Así, unos dos millones de mujeres planearían dejar de trabajar.
Las empresas corren el riesgo de perder mujeres en el liderazgo, y futuras mujeres líderes, y deshacerse de años de minucioso progreso hacia la diversidad de género.
En un año marcado por la crisis y la incertidumbre, “las empresas estadounidenses se encuentran en una encrucijada. Las decisiones que tomen las empresas hoy tendrán consecuencias en la igualdad de género durante las próximas décadas”, advierten.
El estudio, realizado por sexto año por la consultora McKinsey junto a LeanIn.org, entrevistó a más de 40.000 mujeres de 317 empresas.