Las costarricenses están rompiendo barreras y abriendo caminos para que más profesionales compatriotas o de cualquier parte de Latinoamérica se sumen a trabajar o estudiar las carreras que están relacionadas con la Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés).
Por: Paola Barrera
La era digital ha puesto de manifiesto la importancia de contar con profesionales que estén relacionados con las carreras STEM, acrónimo anglosajón para hacer referencia a los estudios de Science, Technology, Engineering and Mathematics (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas).
En este ámbito, donde los hombres tenían el terreno conquistado, cada día, más mujeres se suman al mismo e impulsan que más jóvenes sean parte de este mundo, en donde se encuentra solución a problemas cotidianos, enfermedades o se crean nuevas oportunidades para la conexión en el mundo, por mencionar algunos de sus objetivos.
Con el fin de lograr la participación plena y equitativa de mujeres y niñas en la ciencia, la Asamblea General de las Naciones Unidas, en 2016, definió que cada 11 de febrero se conmemore el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.
Costa Rica ha dado al mundo varios talentos que son reconocidos a escala internacional y que han llegado a altos cargos y puestos, gracias a su perseverancia, estudios y al atreverse a romper esquemas.
6 costarricenses liderando las carreras STEM
Sigue avanzando en su carrera profesional dentro de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos (NASA), donde ya suma más de 30 años de trabajo. Antes de finalizar el 2021 asumió como la nueva directora adjunta de la División de Astrofísica.
La costarricense coordinará desde su puesto la ejecución del presupuesto anual de la División de Astrofísica, de US$2.000 millones.
Entre las metas más próximas y ambiciosas de la NASA se encuentra la obtención de una muestra de tierra de Marte, pero, además, planean visitar los conocidos “mundos oceánicos”, es decir, cuerpos cubiertos mayormente por agua, como lo son las lunas de Júpiter (Europa, Ganímedes y Calisto), Saturno (Encélado, Mimas y Titán) o Neptuno (Tritón), así como el planeta enano, Plutón.
La física e ingeniera, previo a este nombramiento, ejerció como directora interina de la División de Ciencias Terrestres. En este punto fue apenas la cuarta mujer latina en la historia en acceder a un cargo similar en la NASA.
Pero, ¿Cómo despertó el interés de Sandra esta carrera? Fue cuando tenía apenas siete años y vio a Neil Amstrong poner un pie en la Luna, el 20 de julio de 1969. “No sabía qué era la NASA, pero yo quería ir a la Luna. Me pregunté: ¿Por qué yo no puedo ir también?”.
El sueño de Sandra no se detuvo, pese a que no pudo estudiar Ingeniería Eléctrica en la Universidad de Costa Rica (en aquel tiempo ninguna mujer cursaba la carrera). Tras siete semestres en Ingeniería Industrial de la UCR, decidió que se iría a Estados Unidos (con un inglés precario), para estudiar lo que ella deseaba.
Tras una larga carrera, en 2016 decidió que ya se sentía lista para ejercer cargos más altos, lo que le ha llevado hasta su trabajo actual.
Es una mujer de ciencia comprometida con las mujeres, desde la Cooperativa Sulá Batsú.
La también profesora universitaria impulsa el programa TIC-as desde 2013 -a través de la cooperativa que combina las artes, la ciencia, la tecnología y las ciencias sociales para fortalecer el desarrollo local.
Camacho considera que el del STEM “es un campo de exclusión y expulsión” para con las mujeres, ya que la cultura profesional es muy masculina “ y eso se refleja desde los niveles escolares hasta los centros de investigación pasando por escuelas, colegios, universidades”.
La tica tiene un compromiso mayor por las mujeres que viven en las zonas rurales, porque consideran que son las más golpeadas por la discriminación en este ambiente.
Kemly es ‘Mujer STEM 2020’ de la multinacional alemana SAP, premio al que fue nominada por parte de la Universidad Cenfotec.
«Me parece increíble que los grandes problemas nacionales como el transporte, la seguridad, la alimentación, la desigualdad, entre muchos otros no se atiendan con grandes soluciones STEM, teniendo el gran talento humano que tenemos en el país», destaca.
Ambas son microbiólogas y su proyecto de investigación final de graduación las llevó al trabajo que hoy desempeñan en el Instituto de Investigaciones en Salud (INISA).
Además de amigas, son dos mujeres que inspiran a que más costarricenses se sumen a estudiar carreras relacionadas a la investigación, a la ciencia o a la matemática e ingeniería.
“Yo tengo más o menos 20 años de trabajar en INISA, en investigación. Empecé a estudiar microbiología y es una carrera que inspira mucho a la investigación. Tuve la oportunidad como estudiante de trabajar aquí, incluso algunos de mis tutores ya están pensionados (…), dejé toda la información por si en algún momento ellos quisieran que yo estuviera ahí y tuve la oportunidad un par de años después de que me gradué”, explicó la doctora, Kenia Barrantes.
Por su parte, Luz Chacón desde pequeña fue muy curiosa, apasionada por la lectura, las matemáticas e incluso tocaba un instrumento, pero en el colegio las ciencias de la salud fue lo que realmente le llamó la atención y así fue como decidió convertirse en microbióloga. En este trabajo conoció a Kenia, hoy su compañera y amiga.
Ahora estas dos amigas se han convertido en el vivo ejemplo de que las mujeres pueden desarrollarse en cualquier campo profesional, atravesando obstáculos y convirtiéndose en lo que un día soñaron ser; ese es el mensaje que envían a las mujeres que también esperan marcar la historia científica del país.
Tiene la misión de guiar a los miles de colaboradores que forman parte de Intel Costa Rica. Ella se convirtió en la primera mujer en llegar a la gerencia general de la operación.
Ileana es una ingeniera que ha ido ascendiendo dentro de la operación. Quien ahora asume
también el puesto de gerente de Ingeniería de Productos de Manufactura (MPE).
En medio de la pandemia del COVID-19, Rojas lideró la transformación de las operaciones, servicios e infraestructura para habilitar la apertura de planta de ensamble y prueba, ubicada en Belén, en muy poco tiempo, así como el crecimiento de los Centros de Excelencia de Ingeniería y Servicios Globales con una contratación de más de 1000
personas, sin detener las operaciones ya existentes.
Sindy nació y creció hasta los 12 años en Alajuela, con la fuerte presencia de su abuela, quien cuidaba de ellos, pues su mamá trabajaba arduamente como profesora de matemáticas en un colegio. A esa edad, la familia partió a vivir a California (EE UU) cuando su madre recibió una beca para completar una maestría y el doctorado.
Pese a la inclinación familiar, durante un tiempo le tuvo miedo a los números, pero lo superó y eso hizo que se convirtiera en una prominente científica.
Fue a la Universidad a estudiar Económicas, pero no terminaba de estar a gusto y en el último semestre abandonó la carrera para comenzar Microbiología.
Desde ahí, una maestría, un doctorado, investigaciones… Hasta presentar una tecnología para identificar el VIH de manera rápida (para personas del sur de África, solo sirve ahí por razones genéticas) que le valió el premio nacional Clodomiro Picado en Tecnología (fue la primera mujer en conseguirlo en esta rama, en 2012).
Ya de vuelta en Costa Rica entró a trabajar en la Academia: como investigadora en el laboratorio de Nanotecnología del Tec, y como directora de Investigación de la Universidad Latina de Costa Rica.
Pero volvió a marchar hacia su país de adopción, donde creó una empresa de nanotecnología junto a su hermano, ingeniero.